De Josef Holzner: San Pablo, Heraldo de Cristo, Herder, Barcelona, 1989, p. 136:
“Pero también una triste advertencia seria habla a la cristiandad de todos los tiempos con motivo de la triste suerte de esta Iglesia de Galacia. Estas magníficas comunidades, que fueran fundadas entre tan indecibles padecimientos del Apóstol de las Gentes, ¿dónde están ahora? Al que viaja por estos países tan importantes en otro tiempo para la cristiandad, le embarga algunas veces con profunda pena el sentimiento de que cabalga sobre un vasto sepulcro, en el que está enterrada una Iglesia cristiana en otro tiempo grande, a la cual se ha juzgado que ni siquiera merece el trabajo de ponerle una lápida. ¿En qué está lo profundamente trágico de tantas fundaciones de iglesias cristianas en el Asia Menor, Armenia y el Norte de África? Sin duda principalmente en que se apartaron del espíritu de Jesús y de su más grande apóstol, en que hicieron poco caso de las advertencias del Apóstol en su Carta a los Gálatas, de las amenazas de San Juan en el Apocalipsis a las comunidades de Asia Menor, en que se empedernieron en el servicio de la letra y en exterioridades, degeneraron en sutilezas y celotipias nacionales, y en que finalmente se separaron también con ceguedad de la única fuente de la renovación, que mana de la roca de Pedro. “Si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué la salaremos?" (Lc, 14, 34). Y así galoparon los jinetes del Apocalipsis con la verde bandera del profeta sobre aquella cristiandad convertida en una estepa salina. Aquí tenemos una seria advertencia que aplica a todos los tiempos y a todas las naciones”.
16 agosto 2006
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1 comentario:
Qué cita tan oportuna. Es también un clarín llamando a la acción...
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