02 octubre 2008

80 aniversario

Siempre he pensado que la mejor respuesta de un católico a los palos, calumnias y persecuciones es no entrar al trapo. A lo sumo dar una única respuesta, serena y contundente, y poco más. Después permanecer en silencio y oración, sin visceralidad. Personalmente he tratado de actuar así (con desigual suerte) cuando los palos nos caen a nosotros, los miembros de la Legión de Cristo y del Regnum Christi.

Hoy se celebra el 80 aniversario del Opus Dei. Y el Señor, en su misteriosa providencia, ha querido que la efemérides coincida con la exhibición de otra película soez e impúdica, infame y resentida, que tergiversa la realidad y se ensaña con la institución sin pudor alguno, desde la mentira más zafia. Obviamente tampoco he visto esta película ni la veré, pero el otro día en el cine tuve que tragarme un trailer y fue auténticamente vomitivo. La imitación de Cristo lleva cruz, y el Señor muchas veces premia con ella a quienes le son más fieles. Estoy seguro de que la respuesta de la Obra será una vez más ejemplar y de que, también una vez más, lograrán transformar el limón en limonada.

Ante esta doble circunstancia yo quiero hoy, en primer lugar, felicitar de todo corazón a todos mis amigos de la Obra: a D. Juan Enrique, mi párroco de San Josemaría de Aravaca y a D. Raimundo, su vicario; a Arp, a E., a V., a Ignacio e Inma, a Conrado, a Jacobo y a tantos otros. A todos les encomiendo hoy muy especialmente, y pido a sus ángeles custodios que les protejan.

Y ya en segundo lugar, volviendo al tema de la peliculita y desde la libertad que me da el no ser directamente agraviado por ella (aunque sí indirectamente en comunión), quería decirle al Fesser ése que verdaderamente es un valiente. Como cuando Amenábar salió del armario. Qué dos ejemplos de coraje, de nadar contra corriente, de exponerse al arrinconamiento por parte de los poderes públicos, de hacer que la verdad resplandezca y de sacrificarlo todo por ser ellos mismos. Aun sabedores de la incomprensión de que iban a ser objeto no han dudado ni un momento en inmolarse, porque su conciencia está por encima de todo, incluso de su bolsillo. Qué ejemplos ambos más imperecederos.

Por cierto, Fesser, ya puestos, a ver si te sacas un par de guiones más. El primero podría ser sobre una familia islamista con las mujeres ninguneadas y escondidas bajo velos y los hombres queriendo reconquistar Al-Andalus y llamando a la yihad. Te saldría chupi lerendi y además esta vez ni tan siquiera tendrías que mentir: primero te entrevistas con la familia y luego te ciscas un poquito en ellos y en su religión, a ver si te responden con una carta tan educada como la de Alfredo, el hermando de Alexia. Y si la subvención del Ministerio de Cultura no te da para combinar la mamandurria y ese viaje algo largo, no te preocupes que no te tienes que ir tan lejos: te quedas en Madrid y, cámara al hombro, el día del orgullo gay te vas a Chueca a explicar a los monofloritas que eso que hacen no está bien y que les hace daño; que el matrimonio homosexual es una aberración y que no tienen derecho alguno a adoptar niños porque eso supone quebrantar el verdadero derecho de los niños a tener un padre y una madre. Te coges al grupo más Village People que te encuentres, se lo explicas con sosiego y esperas a ver qué les parece, valiente, que eres un valiente.

Yo a cambio te prometo, esta vez sí, ir a ver cualquiera de esas dos nuevas películas.