Ya queda menos. En poco más de un mes llega el momento dulce del año. Sol, niños, piscina, niños, playa, niños, siesta, niños, misa, niños, algarabías, niños, paseos vespertinos y largas noches estrelladas. Todo eso, sí, pero también largas horas de paz para leer.
Estoy haciendo la preselección de lecturas estivales. De momento, esta compuesta por:
- Los Diarios de Leon Bloy
- Las Cartas de la prisión y de los campos, de Pável Florenski (gracias a César y a Julio)
- La Divina Comedia en versiones de González Ruiz y de Ángel Crespo (posología: un Canto al día, según sabia prescripción de Enrique)
- La Ilíada en la traducción de Segalá, y con el ejemplar de 3º de BUP que aún conservo, bastante castigado.
- The letters of J.R.R. Tolkien, recientemente publicadas (como El hábito de ser de Flannery, admite también posología de una o varias al día)
- A severe mercy, de Sheldon Vanauken (de donde está extraído el Encuentro con la luz que transcribí en su día)
- Lo que Europa debe al cristianismo, de Dalmacio Negro
- La Historia de España de Menéndez Pelayo (es una recopilación llevada a cabo en su día por Jorge Vigón, que ha rescatado el combativo Antonio Arcones, para su Ciudadela)
- La propia Ciudadela de Saint-Exupéry
- La Historia de las ideas contemporáneas de Mariano Fazio (regalo de Verónica)- Las Confesiones de San Agustín- Juan Sebastián Bach, los días, las ideas y los libros de Ramón Andrés (sugerencia de Juan Manuel Macías)- Y poesía, mucha poesíaSé que es una lista desmesurada, pero también feliz. Seguramente haya altas, y no descarto alguna que otra baja.