Espoleado por Arp y por Mora-Fandos, continúo contando "lo que veo" en Chicago, a pesar de mis limitaciones (no es falsa humildad, ya dijo Santa Teresa que la humildad es la verdad).
Otro de los cuadros memorables del Chicago Art Institute es éste que Grant Wood pintó en 1930, titulado American Gothic. Creo que el impacto que produjo cuando se exhibió por primera vez, fue considerable, y que de este título viene la denominación de determinado género como "gótico sureño", en el que algunos encuadran a la admirada Flannery O'Connor. El cuadro es magnífico. Por mi parte, y sin querer menospreciar a nadie, creo que por la dureza y severidad de los rostros y por la actitud hierática, esta pareja sólo puede ser protestante, y no católica. Me parecen la versión americana del matrimonio Arnolfini o de cuadros flamencos similares (obviamente de otra época pero con analogías que me parecen claras, Mora-Fandos, dime algo, please). Debe de ser durísimo no tener el consuelo del sacramento del perdón.
En cualquier caso, después de disfrutar contemplándolo, no pude dejar de acordarme de los relatos de Flannery. A la salida fui raudo a una librería y he comprado Wise blood; The violent bear it away y Everything that rises must converge, así como dos libros más que no conocía, Mystery and manners (una recopilación de textos suyos que incluye el prólogo al libro Memoir of Mary Ann al que tanto se refiere en sus cartas), y una selección de sus textos recopilada para una colección titulada Modern spiritual masters series, en la que también están sus admirados Simone Weil y Theilard de Chardin, Edith Stein, Santa Teresita, y otros (incluido, ay, el infausto Anthony de Mello). Esta recopilación de Flannery la hace un tal Robert Ellsberg, y tiene una estupenda introducción de otro tal Richard Giannone, que se convirtió al catolicismo gracias a Flannery. Me relamo de gusto con las nueve horitas netas de vuelta de avion que me esperan para hincarles el diente.
19 septiembre 2006
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6 comentarios:
Es un cuadro que podría de servir de ilustración de algún cuento de Flannery, aunque debería tener algún elemento dramático o quizá la presencia de Dios de fondo, aunque quizá baste con el mal del orgullo que ejemplifican los personajes.
Qué bien que viajes. Y nos lo cuentes. Gracias.
Sabio y fino análisis de Mora Fandos. Y buenísima la idea de colgar este cuadro.Y de acuerdo con Enrique, que viajes, que nos lo cuentes. Así viajamos los que no viajamos.
Pregunta de nuevo rico, pues acabo de descubrir el tesoro O'Connor: ¿merecen la pena sus novelas? ¿y su libro de ensayos "Mystery and manners", de tan hermoso título? Creo percibir más admiración por sus cuentos y sus cartas, pero los neófitos vamos dando palos de ciego. Toda ayuda será bienvenida.
Todavía no puedo responderte, Enrique, y Arp podrá hacerlo mejor que yo en cualquier caso. A mí los cuentos de Flannery me gustan mucho, pero ninguno ha llegado a apasionarme como en su día lo hicieron Borges et al. (quizás es que soy más viejo y me apasiono menos). Sus cartas me han impactado mucho más, porque en sus cuentos no veo toda la riqueza interior que sí sale a la luz a borbotones en "El hábito de ser". Las novelas no las he leído todavía, y el Mistery and Manners es un potpourri de sus prosas, sobre el que te diré algo cuando me baje del avión (D.m.) en el que dentro de pocas horas me subo. Abrazos.
D'Ors me acaba de decir lo mismo sobre sus cuentos vs. sus cartas. En todo caso, cuando le he comentado que tú relacionabas hoy Revelation con su "Oración por nosotros...", le ha hecho mucha ilusión. Te da la razón.
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