20 octubre 2006
Now is the winter of our discontent
Por una serie de circunstancias, ayer tuve que leer en alto el monólogo de Gloucester en Ricardo III (está aquí o aquí), y claramente se impuso sobre mi pésima pronunciación. Es música. Me acordé inmediatamente del poema de Ibáñez Langlois que nos regaló Enrique.
Verdaderamente, "el inglés no es el código del dólar y el turismo / es la lengua inmortal de la poesía".
[Aquí una estupenda página con todos los monólogos de Shakespeare].
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Cuéntanos por qué tuviste que recitar a Shakespeare... ¡Voy a terminar envidiando de veras tu trabajo!
Una de las cosas que más compensan en esta arrastrada profesión (de docente) es leer en voz alta. De vez en cuando descubres al otro lado alguna cara que cobra vida.
Enrique, el bloggero es también un fingidor. No me hagas mostrar la vulgar tramoya...
Publicar un comentario