Lo cuenta Cantalamessa (cito de memoria) en su imprescindible La vida en el señorío de Cristo. En una arenga anticristiana en Rusia, el orador materialista peroraba acerca de la falta de credibilidad de la religión, el opio del pueblo, etc. El auditorio asistía impasible a su largo y tedioso discurso. Tras él subió, lleno de gozo, un cristiano. Se limitó a emplear el saludo al uso en Pascua de Resurrección: "¡Cristo ha resucitado!". El auditorio respondió alborozado al unísono: "¡Es verdad, ha resucitado!". No fue necesario añadir más.
Esta es la gozosa certidumbre que tenemos, la que nos debe hacer vencer la tentación de la desesperanza: ¡estamos salvados!
"Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor" (Rom 8, 35).
08 abril 2007
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1 comentario:
Muy bueno el comentario de ayer y muy bueno el de hoy.
Mira estas fotos (por lo de ayer), parecen de Dreyer: Fotos espectaculares
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