01 junio 2007

1+1=1

Hoy es nuestro aniversario de boda. Hace 12 años que Carmen y yo nos casamos, y el Señor ha bendecido nuestro matrimonio con infinidad de gracias y con seis regalos muy especiales: David, Juan, Santiago, Manuel, Carmen y Alfonso.

El P. Ferrán nos ha enviado esta carta:

Muy queridos Carmen y David:

Hace unos días escuchaba a una pareja de jóvenes en torno a los treinta años que no valía la pena casarse y crear una familia, porque ello se convertía en fuente de tensiones, de sacrificios, de renuncias, y a la postre te regalaba en la vida más amarguras que gozos. La verdad es que me extrañó sobremanera escuchar este lenguaje porque es como si el mundo se hubiera vuelto loco de golpe y renunciara a lo único que el ser humano realmente necesita para ser feliz: el amor dado y recibido con generosidad en el matrimonio y en la familia.

Hoy, al enviarles estas letras, resuena en mis oídos, sin embargo, otro mensaje y es el que el Papa Benedicto XVI nos ofrece en su Encíclica “Dios es amor”, en la cual nos hace una propuesta de creer en el amor, de luchar por el amor, de defender el amor, como la realidad más sagrada, más bella, más enriquecedora de la persona y que tiene su fundamento en Dios que es AMOR por antonomasia. Por eso, les quiero felicitar de corazón en este nuevo aniversario de su matrimonio, confiando en que Uds. puedan testimoniar con su vida y su experiencia que seguramente las alegrías más profundas y bellas de su pasado han estado siempre ligadas a esos momentos de generosidad y de donación mutua en su matrimonio.

Me gustaría invitarles en este aniversario de su matrimonio (no importan los años de matrimonio) a que sigan haciendo un esfuerzo diario y tenaz por cuidar esa perla tan bella y también a veces tan frágil que es el amor mutuo. Para ello hay que estar atentos especialmente a que la pasión más fuerte en el corazón humano, que se llama egoísmo, no aparezca con frecuencia en sus múltiples manifestaciones posibles: individualismo, incomprensión, lejanía, desinterés, sentimientos de rencor, sentido de superioridad, silencios, huidas infantiles, falta de ternura, palabras hirientes, dureza en los juicios, etc.

Por el contrario, el cultivo de esa flor tan delicada exige a los esposos en el matrimonio al menos tres actitudes esenciales que evitarán que el amor, como la rosa, vaya perdiendo sus pétalos hasta quedarse en un muñón informe y feo de lo que algún día fue precioso y colorido.

Sigan cuidando mucho el vivir cada día con ilusión, con aquella ilusión que sin duda les acompañó, incluso sensiblemente, en los primeros días de matrimonio, pero ahora hecha madura y firme. Esta ilusión ha de manifestarse en la delicadeza, en la creatividad, en el deseo mutuo, en la valoración verdadera de la otra persona; y ha de evitar la rutina, el cansancio, la lejanía, la barrera de otras ilusiones más fuertes. Después vivir cada día con realismo, conscientes de que el amor hay que alimentarlo y nutrirlo con aquello que lo fortalece: sacrificio, detalles, generosidad, entrega, fidelidad de mente y de cuerpo, actitudes de afecto; y evitando que el amor se reduzca a palabras, a sentimientos vagos, a expresiones vacías y huecas. Y finalmente, vivir cada día con transparencia, transparencia que es diálogo franco y honesto, comprensión, franqueza, honestidad, siendo el uno para el otro como el fondo claro de un río cristalino; y evitando la dureza en el juicio, la crítica interna, la falta de comunicación, la incapacidad para llorar en el hombro del otro.

Me uno espiritualmente a Uds. en este aniversario de su matrimonio, poniendo en el Corazón de Cristo y en las manos de María su vida y pidiéndoles que ellos les acompañen siempre para que este camino que Uds. libremente escogieron les conduzca al cielo. Muchas felicidades.

Un fuerte abrazo de su amigo


J. José Ferrán, LC

Laus Deo.

14 comentarios:

María dijo...

¡¡Felicidades! Y que sean muchos más!!

Me quedo con las tres maneras de vivir cada día: ilusión, realismo y transparencia.

Saki dijo...

¡ Felicidades y enhorabuena ¡
Creo que un matrimonio logrado es una bendición. O como dicen los chinos es "la mitad del cielo".
Este mes de agosto, ya ves, yo hago 22 años de matrimonio.
Un cordial saludo.
Javier Otaola

Enrique Baltanás dijo...

Felicidades a 1 y a 1, o sea, a 1. Hermosa carta.

Enrique Baltanás dijo...

Ah, y felicidades también a los regalos (6)por la parte que les toca.

E. G-Máiquez dijo...

Preciosa suma la que da títula a la entrada. Yo, más exagerado y barroco, habría puesto 1+1=12; pero eso exigiría ir cambiando la suma cada 365 días y lo vuestro es inmutable.

Enhorabuena a los dos.

(Y muy buena la expresión de los chinos, que te emplaza sutilmente a buscar la otra mitad...)

Anónimo dijo...

Preciosa carta, gracias por dar ese testimonio. Enhorabuena a tí y felicita a Carmen de nuestra parte.

CUM y (y por poderes Carmen)

Anónimo dijo...

O también 1 + 1 = 8, bueno, 9 ¿verdad? Aunque como dice Enrique, es más mutable que el perfecto 1 + 1 = 1.

Y entre la LOGSE, la LOE,... a ver quién se mete con estas sumas.

Muchas felicidades y un fuerte abrazo a los dos.

Anónimo dijo...

Enhorabuena, gracias por el testimonio de la carta. CUM

Ángel Ruiz dijo...

Siento llegar con retraso, pero me sumo con entusiasmo a las felicitaciones.

Anónimo dijo...

Felicidades + 1 día de retraso.

Dal dijo...

Muchas gracias a todos, queridos amigos.

Anónimo dijo...

Resulta curioso que de las cuatro últimas entradas de tu sorprendente, entretenido y muy didáctico blog, me encuentre con dos temas referidos al matrimonio. La cruz y la cara. Por un lado, la cruz, el de los recientes datos sobre el divorcio en España (“La Superstición del Divorcio”), que revelan la terrorífica realidad de que se produce un fracaso personal, el mayor fracaso, cada 3,7 minutos… y por otro, la cara, representada por la maravilla y el ejemplo de ese "1+1=1", por el que os felicito y os doy las gracias.

Dices, y dices bien, que el Señor ha bendecido vuestro matrimonio con seis regalos, pero bien sabes que no son exclusivos vuestros, porque somos muchos los que, gracias a Dios, los disfrutamos.

Si tu eres DAL, yo soy AAL, y como decía aquella historieta que no recuerdo bien, “díle a mamá que hoy no iré a cenar a casa”.

Besos para el 1 y para los 6. Álvaro.

Dal dijo...

¡Hombre, Álvaro! ¡Qué ilusión que me leas y que te animes a dejar un comentario!.

No lo dejes, pf, que los críticos más exigentes son siempre los más cercanos.

Besos,

D.

Anónimo dijo...

Después de un fin de semana desconectada, me sumo a las felicitaciones de todos. Sin saber que era vuestro aniversario, os encomendé gustosamente en el Brompton Oratory de Londres (donde oimos una maravillosa Misa solemne en Latín), y os dediqué un recuerdo a los pies de la estatua de nuestro admirado John Henry Cardinal Newman (1801-1890), que se encuentra a la puerta de la iglesia.

Felicidades a Carmen también... Yo diría, por seguir con la metáfora, que no sois ni 1, ni 8, ni 9... sino que sois un 10!!!

Besos y abrazos.