XII
La segunda mitad del siglo XX
fue mediocre también en la herejía.
Pensemos en los grandes
clásicos del error, profesionales
como Pelagio, Arrio,
Lutero, Hus, Calvino: arduos en trato
con la Biblia y los Padres de la Iglesia,
orando en penumbras temblorosas,
pasando doctorados, sínodos, conclusiones…
De repente una idea infernal: el filioque,
la sustancia, distingo, de humanitate Christi…
Advertencia, Tractatus, advertencia, concilio,
más advertencia, insumisión, condena
y el final conocido:
pregonero, tambores, las calles agolpadas
y una fogata multitudinaria
cuyos fulgores crepitaban años
y años en las memorias campesinas
y se perpetuaban en trovos y consejas.
Durante la segunda mitad del siglo XX
todo fue más chapuza: el padre Van der Buden
a base de ir en cueros entre los tulipanes
dijo no sé qué cosa (ni él tampoco
debió saberlo mucho). A Don Hans Kraus
le bastó con algunas mugres tercermundistas
de Der Spiegel. A Paqui Rodríguez, peluquera
de Mula (Murcia, España), se le ocurrió su cisma
bajándose el tirante del bikini
al borde de un cubata perezoso.
También incompetentes
para el mal. Ni siquiera merecían
el honor de una hoguera.
_____________________________6-X-81
02 agosto 2009
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1 comentario:
Esperaré para mis comentarios al final. Me ha enganchado, gracias. Felices playas y soles. Bss, Fifty
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