En el diálogo con Saki Kekonen se han planteado cuestiones religiosas, filosóficas y políticas. Las dos primeras me interesan mucho y la tercera bastante menos, sin dejar por ello de constatar la necesidad de abordarla. En cualquier caso, creo que cada una de ellas da para una entrada ad hoc.
Plantea el Sr. Kekonen la siguiente cuestión:
Estimados interlocutores:
¿Qué opinión les merecen las palabras del Obispo de Pamplona, Fernando Sebastián recomendando el voto a partidos que podríamos calificar sin exageración alguna como de extrema derecha? ¿El catolicismo-romano lleva necesariamente a posiciones ideológicas de extrema derecha? , a saber:
"Hoy en España hay algunos partidos políticos que quieren ser fieles a la doctrina social de la Iglesia en su totalidad, como p.e. Comunión Tradicionalista Católica, Alternativa Española, Tercio Católico de Acción Política, Falange Española de las JONS. Todos ellos son partidos poco tenidos en consideración. Tienen un valor testimonial que puede justificar un voto. No tienen muchas probabilidades de influir de manera efectiva en la vida política, aunque sí podrían llegar a entrar en alianzas importantes si consiguiesen el apoyo suficiente de los ciudadanos católicos. Por eso no pueden ser considerados como obligatorios pero sí son dignos de consideración y de apoyo."
Un cordial saludo, quedo a la espera, impaciente, de sus reflexiones.
Mis reflexiones son éstas:
1. De entrada, asumo que el entrecomillado es cita literal de las palabras de Monseñor Sebastián. Si la entrada fuera de un desconocido, le preguntaría la fuente y lo comprobaría, pero visto el nivel y la cordialidad del intercambio de ideas, no hace al caso.
2. Contesto a la pregunta "fácil" (¿El catolicismo-romano lleva necesariamente a posiciones ideológicas de extrema derecha?). Digo fácil, porque el adverbio "necesariamente" facilita una respuesta negativa ("hombre, necesariamente necesariamente, no"). Más difícil sería hablar de compatibilidad entre esas posiciones y la fe católica, esto es, si se puede ser católico y apoyar esas opciones. Mi respuesta es que en principio sí, sí que se puede. ¿Caben alternativas? Pues también.
En cualquier caso, ignoro cuáles son las posiciones ideológicas de extrema-derecha, con lo que habría que definirlas. ¿La defensa de determinadas cuestiones morales (v.g. oponerse al aborto, al divorcio, a la eutanasia o a los matrimonios homosexuales) es una posición ideológica de extrema derecha? Entoces, los católicos nos situaríamos ahí, en lo referente a esas cuestiones. ¿El racismo, la xenofobia y la violencia son de extrema derecha? Si así fuera, los católicos repudiaríamos esa opción.
3. Respecto a la otra cuestión, no creo que Monseñor Sebastián esté recomendando el voto a esas opciones, pero creo en cualquier caso que está bien que no se demonicen y que dispongan de capacidad para que sus opiniones sean escuchadas.
Y esto lo digo yo, que no soy relativista. Supongo que para la mayoría de la ciudadanía actual, para la que no existen verdades absolutas, y la verdad no puede conocerse con certeza, toda opción será válida, y que de la oposición entra unas y otras (tesis-antítesis) se obtendra la síntesis.
Finalmente entiendo que lo que la Iglesia no puede hacer (ni por cierto va a hacer) es dar "medallas" o normas ISO de catolicidad a las diversas opciones políticas. Por el contrario, por su función pastoral sí le corresponde señalar, y no puede renegar de ello, que hay opciones políticas (o mejor, políticas concretas) que pese a que gocen de un consenso más o menos amplio (muchas veces artificial), son contrarias a la fe católica y, lo que es casi más grave, a la naturaleza humana.
09 mayo 2007
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3 comentarios:
Apreciados amigos:
Me permito continuar con nuestra fructífera reflexión sobre las eventuales relaciones de la extrema derecha y el catolicismo-romano en http://nonobstante.blogspot.com/
Muy buena explicación, sí señor.
No he leído lo de mons. Sebastián y espero hacerlo en seguida.
La pregunta en cuestión queda contestada con sólo echar un vistazo a los católicos de los Estados Unidos, hoy día de los más activos y esperanzadores, y demócratas donde los haya.
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