¡Más madera!, digo ¡más leyes!.
Una de las ¡cuatro! de hoy, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. ¡Cómo les gusta a estos sociatas prohibir! Son totalitarios y enemigos de la libertad. Se prohíbe insultar, exhibir pancartas, y entonar cánticos que contengan mensajes violentos, belicistas, vejatorios o discriminatorios por razón de bla, bla, bla, sexo u orientación sexual. Y de las sanciones, ni os hablo. Todo ello sin olvidar la grimosa prosa pedorra de sus Exposiciones de Motivos ("Existe una radical incompatibilidad entre deporte y violencia, cualquier forma de violencia, incluida la verbal..."). Este tío no ha jugado ni a las chapas.
Como la ley entra en vigor al mes de su publicación en el BOE, todavía podemos. ¡Daos prisa y cantad conmigo!:
De las glorias deportivas que
campean por España
va el Madrid con su bandera,
limpia y blanca que no empaña.
Club castizo y generoso,
todo nervio y corazón
veteranos y noveles, veteranos
y noveles,
miran siempre tus laureles con
respeto y emoción.
Hala Madrid! ¡Hala Madrid!
Noble y bélico aladid, caballero
del honor
¡Hala Madrid! ¡Hala Madrid!
A triunfar en buena lid,
defendiendo tu color
¡Hala Madrid! ¡Hala Madrid!
¡Hala Madrid!
Enemigo en la contienda, cuando
pierde da la mano,
sin envidias ni rencores,
como bueno y fiel hermano.
Los domingos por la tarde,
caminando a Chamartin,
las mocitas madrileñas, las
mocitas madrileñas
van alegres y risueñas porque hoy
juega el Madrid.
[Si fuera Arp y tuviera tiempo, lo fiskearía detallando cuántos y cuáles preceptos incumple, pero ¡ay!, ni lo uno ni lo otro]
12 julio 2007
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4 comentarios:
Magnífica y aguda entrada, si señor. tras leerla el cuerpo me pide gritar con todas mis fuerzas: ¡Maricón el que no bote! pero me refrenaré porque mi despacho está ubicado en las cercanías del Bernabéus y, por tanto, dentro del radio en el que tales comentarios pueden ser reprimidos con arreglo a tan blandita ley....
¡Hala Madrid!
Yo vi la exposición de motivos de la ley de violencia de género y era como para vomitar continuamente.
¡Hay que ser idiota para decir que hay una radical incompatibilidad entre deporte y violencia! En todo caso 'sería deseable', pero de hecho no es así.
Esto pasa por años de mentiras sobre el deporte: todo el día con rollitos estúpidos sobre el buen rollo en el deporte y acabamos así.
Cada vez me dan más ganas de ser tan políticamente incorrecto como Bloy: no admitir nunca ninguna media verdad, ni frases hechas al gusto burgués.
¡Y hala Madrid! (frase en la que va incluido el deseo de que el Madrid gane y los demás no).
Y lo peor es que, como son estatalistas y revolucionarios, se creen que todo se arregla con leyes y prohibiciones. Mayores multas y alambradas más altas para contener a los hooligans.
La única manera de acabar con la violencia es la rehumanización y, en última instancia, el amor. La lectura de d'Ors del otro día es más eficaz que quince mil BOEs.
Habría que prohibirles a ellos.
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