Ayer, al visitar la Alhambra, me sorprendí a mí mismo alegrándome ante la vista del palacio de Carlos V.
-"Que se j...", me dije.
¡Maldito ZP, maldito Moratinos!. Esto antes no me pasaba.
30 septiembre 2007
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4 comentarios:
Es que el palacio es estupendo...
A mí me entusiasmó el palacio de Carlos V. También me gustó la Alhambra, pero lo que me conmocionó fue ese palacio. Raro que soy (aunque veo que no tanto).
Sí, el palacio es de conmoción. Pero en esta visita me alegré también por su emplazamiento.
Yo siempre había oído hablar de ese palacio como un pastelón puesto donde no debía.
En realidad nadie dice que la Alhambra es un invento del siglo XIX (casi todo restaurado), puro romanticismo.
Ahí la severidad de ese palacio circular es como un tónico, como la medida que se enfrenta a lo desmedido. De todos modos, qué bonitos los jardines. ¡Y la Capilla Real de la Catedral de Granada!
Ganas de volver por allí, a renegar definitivamente de la Alhambra y quedarme con las piedras doradas del palacio de Carlos V. O quizá vuelva a quedarme prendado también de la Alhambra, no sé, que uno es muy contradictorio.
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