"Para muchos cristianos, la desesperanza es una verdadera tentación, una auténtica amenaza. Es cierto que hay muchas dificultades, en la Iglesia y en el mundo. Es cierto que la Iglesia y los cristianos hemos perdido mucha influencia en la sociedad y tenemos que afrontar duras situaciones de empobrecimiento. Pero también es cierto que Dios nos ama irrevocablemente; que Jesús nos ha prometido su presencia y su asistencia hasta el fin del mundo; que Dios, en su providencia, de los males saca bienes para sus hijos. La Iglesia y la salvación del mundo no son obra nuestra, sino empresa de Dios. No es el momento de mirar atrás añorando tiempos aparente o realmente más fáciles y más fecundos. No hay fecundidad sin sufrimiento. Dios nos llama a la humildad y a la confianza, seguros de que en nuestra debilidad actual se manifestará el poder de su gracia y de su misericordia. En la providencia misericordiosa de Dios nuestro Padre, las dificultades contribuyen también al bien de sus hijos: nos purifican, nos mueven al arrepentimiento y a la renovación espiritual. La cruz es el camino para la Vida. A nosotros toca secundar con humildad y fortaleza los planes de Dios y saber apreciar las nuevas iniciativas que surgen en la Iglesia como frutos del Espíritu y motivos para la esperanza. La Iglesia no pone nunca su esperanza ni encuentra su apoyo en ninguna institución temporal, pues sería poner en duda el señorío de Jesucristo, su único Señor".
Urge releer esta Instrucción pastoral.
10 marzo 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Excelente texto y excelente día para ponerlo aquí.
Gracias por los ánimos.
Somos hijos confiados, pero no esperen de nuestra mansedumbre reclusión, como a veces sugieren: cristianos de puertas adentro.
Nuestra fe no es intimista. No somos unos en lo público y otros en lo privado. Como los apóstoles después de Pentecostés, ojalá tengamos la valentía de proclamar verdades con firmeza.
Lo que hagan contra la familia, contra indefensos, como los no nacidos; lo que hagan contra las obras de nuestra querida y vilipendiada Iglesia nos importa a los cristianos.
Y ahí estaremos. Respetuosos, pero resueltos.
A pesar de que a muchos nos duela hoy España , a veces supuestos amigos son una amenaza mayor para la Iglesia. De éstos sabemos a qué atenernos.
Primero, felicidades bastante atrasadas. Segundo, muchas gracias por el texto de hoy. Un abrazo fuerte. César UM.
Cómo me ha ayudado leer ESTA entrada tuya hoy en ESTE día. Gracias.
Publicar un comentario