Con mi reciente paternidad, me emociona especialmente el poema de Amalia Bautista sobre los pies de los bebés que Enrique García-Máiquez tuvo a bien enseñarnos. Aunque el tema esté muy trillado, creo que la esencia de la poesía consiste en descubrir al lector facetas, matices de la realidad, hasta entonces imperceptibles para él. O permitirle ver plasmado por escrito aquello que previamente habitaba en su interior y no había sido capaz de expresar. En ambos casos, el resultado provoca emoción, gratitud y crecimiento espiritual (“…que en la lección y estudios nos mejora”, dice Quevedo ).
29 junio 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Tienes razón, Dal, a mí me pasa lo mismo.
Publicar un comentario