20 julio 2007

Españas


ESPAÑA

Es un lugar muy triste que ha prohibido los héroes
y ha dejado pudrirse las rosas del escándalo.
Siempre he vivido en él. No sé si en otra parte
habrá tantos borrachos y chicas tan espléndidas.
Es sólo un lugar pobre que ha perdido su alma
sin ganar nada a cambio, un lugar sin futuro,

un puñado de tierra desunido y estéril.
Por él daría mi sangre hasta la última gota.

Luis Alberto de Cuenca, El Otro sueño (1987).

* * * *

ESPAÑA

MÁS que una piel de toro, una sotana.
Eso es verdad. Pero con todo era
para mí aquella patria una bandera
de vida pueblerina y virgiliana.

¿Y ahora? Un mapa sólo de colores
que igual que unas cenizas llevó el viento
a ciudades vulgares de cemento
y a este paisaje de marchitas flores.

No más que la memoria de una guerra
que a mi padre dejaba pensativo,
y aquella copla en el recuerdo incierto

que yo oía en la radio. Es de esta tierra:
«Sólo para olvidarte sigo vivo,
sólo de recordarte no me he muerto.»


Andrés Trapiello, Acaso una verdad (1993).

* * * *

EL TEMA DE ESPAÑA

Y cuando ya por fin me he decidido
a apretar el gatillo
y soltarle a la Patria en pleno rostrum
esa opinión que llevo entre los dientes,
como un muelle contraído, desde los reyes godos;
cuando lo de esta vez ya es demasiado
y ya me encuentro en el apunten, fue
llega de pronto el vino del Ribeiro
o los esparraguicos de Tudela,
o llega, qué sé yo, las hayas de Tacheras,
un olor sevillano,
unas cuantas montañas, Las Meninas,
palabras de Cervantes, Machado, Garcilaso,
«un no sé qué que quedan balbuciendo»,
y el grito retrocede silenciosa-
mente, rabo entre piernas,
y en el fondo de mí la sangre se avergüenza
de haberle sido infiel a tanta España...
hasta que se presenta
la «canción española» con su olor a sobaco,
Goya con la familia de cacacarlos IV,
Pamplona venerando a San Fermín obispo
con cogorza coral
y coitos interruptos en todos los idiomas
—veneración venérea—,
nuestra invencible selección de fútbol
que una vez más regresa triunfalmente
zurrada 4 a 0, nuestros retretes públicos
(quizá nuestro más típico género literario),
nuestros transportes públicos,
nuestras mujeres ídem, tan prolíficas,
o viene miguel d’ors, sin ir más lejos,
mi alter ego manchego,
y entonces enrojezco como el Etna, ya basta,
ni hablar de seguir siendo parte de este sainete,
hasta aquí hemos llegado, se acabó
(regrese, por favor, al primer verso)


Miguel d'Ors, Curso superior de ignorancia (1987).

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Estupenda entrada. César UMG.

Anónimo dijo...

Hola Dal, la plantilla más ancha es la Sample blog, pero tienes que elegir la opción Minima Stretch.

Juan Manuel Macías dijo...

Apoteósica entrada. Por cierto, retomando lo de dos entradas más abajo, ¿me puedes recomendar una buena edición de las poesías de Foxá?

Dal dijo...

Gracias, a los tres.

Juan Manuel, de Foxá Renacimiento publicó no hace mucho una antología. Es el nº 12 de su colección "Antologías" y se llama simplemente "Poesía". Disfrútala.

Juan Manuel Macías dijo...

Muchas gracias Dal. La saborearé a tu salud.

LFU dijo...

Magnífica entrada, que merece ulteriores aportaciones de poesías dedicadas a España.

Saki dijo...

Es magnífico Cuenca pero lo encuentro un poco triste, me gusta más este poema de mi paisano Unamuno.

ESPAÑA, TU NOMBRE

A ESPAÑA



En vascuence ézpañá = labio



Labio, ézpañá, paladeo tu nombre, rosa carnosa,

fresco y rojo de cereza, y agua se me hace la boca.

En tu saliva batido, de tu lengua, la española,

tomé el pan de la palabra, un pichón de la paloma.

Nuestras lenguas se mezclaron, España, y sentí la ola

de brasa, desde la nuca en mis entrañas ahonda.

Mordí en tus labios, España; del paraíso en la poma,

y al darte mi blanca sangre, me diste tu sangre roja.

Me siento padre del pueblo, por ti perdura en mi obra;

me desmayo en el arrobo de hacerte, España, señora.



(21-IX-1928)

Miguel de Unamuno

E. G-Máiquez dijo...

Sería un tema precioso para una antología temática, que podría titularse Se canta lo que se pierde.

Me acuerdo ahora de un poema brevísimo y hondísimo de Mesanza y de otro de Pedro Sevilla.

Jesús Beades dijo...

el de Mesanza:

"Muere una patria como muere un alma:
desperdicia la gracia, se hace sierva".

y el de Pedro Sevilla, termina diciendo de España que es "un concepto moral".