Con mi reciente paternidad, me emociona especialmente el poema de Amalia Bautista sobre los pies de los bebés que Enrique García-Máiquez tuvo a bien enseñarnos. Aunque el tema esté muy trillado, creo que la esencia de la poesía consiste en descubrir al lector facetas, matices de la realidad, hasta entonces imperceptibles para él. O permitirle ver plasmado por escrito aquello que previamente habitaba en su interior y no había sido capaz de expresar. En ambos casos, el resultado provoca emoción, gratitud y crecimiento espiritual (“…que en la lección y estudios nos mejora”, dice Quevedo ).
29 junio 2006
28 junio 2006
Lope de cuarta
No soy capaz de tejer un soneto,
por mucho que lo intento (y pongo esmero).
No logro urdir los versos como quiero,
ni sé si alcanzaré a vencer el reto.
No sé bien en qué embrollo me meto
y tanto como acierto, desespero
Acaso sea porque éste es el primero,
o acaso sea yo torpe y cateto.
Endecasílabos esquivos, suerte
huidiza, terca métrica inmutable
Arduos cánones de coraza fuerte.
Mas, a pesar de todo, empresa amable,
aunque la musa adversa pueda serte,
y ejercicio mental muy saludable.
por mucho que lo intento (y pongo esmero).
No logro urdir los versos como quiero,
ni sé si alcanzaré a vencer el reto.
No sé bien en qué embrollo me meto
y tanto como acierto, desespero
Acaso sea porque éste es el primero,
o acaso sea yo torpe y cateto.
Endecasílabos esquivos, suerte
huidiza, terca métrica inmutable
Arduos cánones de coraza fuerte.
Mas, a pesar de todo, empresa amable,
aunque la musa adversa pueda serte,
y ejercicio mental muy saludable.
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