Decía Verónica en un comentario a una entrada anterior, que las malas lenguas acusaban a Bruckner de componer nueve veces la misma sinfonía. La crítica tiene gracia, aunque es evidente que su autor no ha entrado en el universo bruckneriano.
Sin embargo, la entrada de hoy no va del genial organista de San Florián, sino de esas palabras, sobre las que no he dejado de pensar. ¿Son en verdad una crítica? Parecería que sí, puesto que no hay que multiplicar entes sin necesidad. Sin embargo, mi naturaleza conservadora me lleva a extremos casi patológicos: a mí me parecen casi un halago. Puede que Bruckner compusiese siempre la misma sinfonía, pero ¡qué sinfonía!.
Además, ¿acaso Bach no compuso siempre la misma cantata? ¿no habrá escrito Tolkien siempre la misma novela? ¿no filmó Ford siempre la misma película? ¿no pintó Vermeer siempre el mismo cuadro? Más aún: ¿acaso el mismo Dios no es siempre Amor?
Lo verdadero es siempre uno.
07 marzo 2007
06 marzo 2007
05 marzo 2007
Prisas
El martes pasado, en Ibermúsica, Daniel Barenboim y la Filarmónica de Viena tocaron nada menos que la Quinta de Schubert y la monumental Séptima de Bruckner. Máxima expectación, próceres de la patria en las mejores butacas y lleno hasta la bandera.
El problema fue la hora: el concierto comenzaba a las ¡22.30!. Además, los ajustes necesarios tras la finalización del concierto anterior retrasaron el inicio casi un cuarto de hora. Una pena. Por una vez, el público estuvo a la altura (¡sin toses!), pero el cansancio nos pudo a todos, supongo que a los pobres austriacos los primeros. El caso es que la Quinta sonó sensacional, pero la Séptima no estuvo de sobresaliente (como debería). El bueno de D. Daniel metió el turbo y se la despachó en 10 minutos menos que su versión para Teldec (¡y en 20 minutos menos que la monumental de Celibidache para EMI!).
Sin embargo, escuchar a Bruckner es siempre un acto trascendente y esta vez no fue menos. La pena es lo que pudo haber sido y no fue.
04 marzo 2007
Indispensable Juaristi
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