04 agosto 2009

Lecciones de historia. Salmo final

SALMO FINAL

Grandes son Tus hazañas, Señor, fuerte Tu brazo:
Tú salvaste a Tu pueblo de la lluvia de napalm
de los tanques del Pacto de Varsovia,
de Nixon, de Jomeini, de Fernández Ordóñez.

Señor, Tú nos libraste de los que nos traían
la libertad en sus cañones, Tú
has sacado a Tu pueblo intacto de las fauces
de Kruschev, de la CIA, de Playboy, de Alí Agca.

Tu fuerza no la vencen los misiles
ni
L´Être et le Néant
ni Gaddafi ni la Trilateral.

Tu amor no tiene fin, Señor: Tu pueblo,
que atravesó el desierto y el Mar Rojo,
también logró pasar –mayor prodigio–
la segunda mitad del siglo XX.

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03 agosto 2009

Lecciones de historia (XIII)

XIII

La segunda mitad del siglo XX
dio pasos de gigante.

Hubo no obstante algunos reaccionarios,
gentes que se negaron a avanzar con su tiempo
–una monja ruinosa en Calcuta, unos papas,
Escrivá, Solzhenitsyn, Lech Walesa,
Jerôme Lejeune y otros,
sin olvidar los pérez con sus codos gastados
en el amargo roce de los lunes y martes
y unos pocos millares de silencios postrados
bajo la lucecita latiente del Sagrario–,
gentes insolidarias, no cabe duda,
_____________________gentes
reacias a vivir a cuatro patas
a dar aquellos pasos de gigante
camino de la nada.

Nadie lo supo, y ellos sostenían
la máquina del mundo.
Luminosos rebeldes, ellos fueron
el rumbo de la Historia
durante la segunda mitad del siglo XX

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02 agosto 2009

Lecciones de historia (XII)

XII

La segunda mitad del siglo XX
fue mediocre también en la herejía.

Pensemos en los grandes
clásicos del error, profesionales
como Pelagio, Arrio,
Lutero, Hus, Calvino: arduos en trato
con la Biblia y los Padres de la Iglesia,
orando en penumbras temblorosas,
pasando doctorados, sínodos, conclusiones…
De repente una idea infernal: el filioque,
la sustancia, distingo, de humanitate Christi…
Advertencia, Tractatus, advertencia, concilio,
más advertencia, insumisión, condena
y el final conocido:
pregonero, tambores, las calles agolpadas
y una fogata multitudinaria
cuyos fulgores crepitaban años
y años en las memorias campesinas
y se perpetuaban en trovos y consejas.

Durante la segunda mitad del siglo XX
todo fue más chapuza: el padre Van der Buden
a base de ir en cueros entre los tulipanes
dijo no sé qué cosa (ni él tampoco
debió saberlo mucho). A Don Hans Kraus
le bastó con algunas mugres tercermundistas
de Der Spiegel. A Paqui Rodríguez, peluquera
de Mula (Murcia, España), se le ocurrió su cisma
bajándose el tirante del bikini
al borde de un cubata perezoso.

También incompetentes
para el mal. Ni siquiera merecían
el honor de una hoguera.

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