12 octubre 2006
Madre de la Hispanidad
Oración de (San) Juan Pablo II Magno:
"Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen santísima del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas. ¡Dios te salve, María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra! A tus cuidados confío esta tarde las necesidades de todas las familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos. Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en estas tierras. En tus manos pongo la fatiga y él sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad. En tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia. Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad. Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad. Así sea".
Santa María del Pilar, confunde a nuestros enemigos y ruega por nosotros.
11 octubre 2006
Agit-prop
La vieja praxis marxista de agit-prop, en su desprecio por la verdad, no se limita a postular el empleo sistemático de cualquier mentira, sino precisamente de aquélla que es exactamente la contradictoria (hay varios tipos de oposición) con la verdadera realidad (perdón por el pleonasmo). Por eso los Estados comunistas se denominan democráticos (v.g. DDR), y también por eso los medios de comunicación oficiales, que propagan la mentira y el pensamiento único, se denominan bien Pravda (la verdad), bien el plural.
Un buen ejemplo es el tratamiento de la agresión ayer a Acebes en Cataluña. Por si lo borran -ahora que ha sido cesado un dirigente del PSC-, transcribo la noticia:
"Todo empezó, cuando un grupo de jóvenes se concentró a las puertas del Centro Cultural Martorell con las pancartas. Poco después, llegaron los militantes del PP que acudían al mitin, y al ver al grupo de personas concentradas que les insultaban, un militante intentó arrebatar una de esas pancartas a los jóvenes. Otro militante del PP le ayudó, pero ambos no lograron su objetivo y cayeron al suelo sin conseguir retirar ninguna pancarta a los manifestantes. A continuación, el grupo de jóvenes y otro de unos veinte militantes del PP se encararon y comenzaron a increparse y a intercambiar empujones, aunque la Guardia Civil logró separarlos. En ese momento apareció el coche en el que venían Acebes y Piqué, y la Guardia Civil se vio obligada a proteger a ambos políticos para que pudieran acceder al local, donde les esperaban unos doscientos militantes del PP catalán".
Estos del PP ya se sabe, tan violentos y provocadores como siempre, como cuando agredieron a Bono.
Un buen ejemplo es el tratamiento de la agresión ayer a Acebes en Cataluña. Por si lo borran -ahora que ha sido cesado un dirigente del PSC-, transcribo la noticia:
"Todo empezó, cuando un grupo de jóvenes se concentró a las puertas del Centro Cultural Martorell con las pancartas. Poco después, llegaron los militantes del PP que acudían al mitin, y al ver al grupo de personas concentradas que les insultaban, un militante intentó arrebatar una de esas pancartas a los jóvenes. Otro militante del PP le ayudó, pero ambos no lograron su objetivo y cayeron al suelo sin conseguir retirar ninguna pancarta a los manifestantes. A continuación, el grupo de jóvenes y otro de unos veinte militantes del PP se encararon y comenzaron a increparse y a intercambiar empujones, aunque la Guardia Civil logró separarlos. En ese momento apareció el coche en el que venían Acebes y Piqué, y la Guardia Civil se vio obligada a proteger a ambos políticos para que pudieran acceder al local, donde les esperaban unos doscientos militantes del PP catalán".
Estos del PP ya se sabe, tan violentos y provocadores como siempre, como cuando agredieron a Bono.
09 octubre 2006
Saca al ciudadano que llevas dentro
Es el título de la campaña publicitaria que está llevando a cabo el Ayuntamiento de Madrid, destinada a que los madrileños tiremos la basura a los contenedores, y no seamos unos sucios. Está presente en marquesinas de autobús, "chirimbolos" y otros adefesios de mobiliario urbano.
Aunque sea lunes, no creo que esta mañana me encuentre especialmente picajoso o irascible, pero lo cierto es que el cartelito me ha puesto de mal humor. No es por la mala fotografía, ni por el tipo de letra, ni por el marco en el que se encuadra -con una flecha que parece de mal aficionado al power point-, ni por la composición, ni por la cara de estulta felicidad, de buen vecino, y de satisfacción por el deber cumplido del tipo que sale. No. Aunque sea un anuncio casposo y cutre, no hubiera llamado mi atención ni provocado mi mosqueo.
Lo que me irrita sobremanera es el lema de marras, y todo lo que subyace bajo tan aparentemente inocua frasecita. Entre otras, por dos razones. La primera es el uso del término ciudadano como paradigma de la limpieza y, una vez más, como meta de de las aspiraciones personales, de la plenitud de derechos, del alcance de la verdadera libertad. Aunque se emplee cada vez más por los políticos (por todos), me parece que tiene un regusto revolucionario-jacobino trasnochado, y que se enmarca en la corriente de pensamiento pseudoilustrado y laicista que propugna que los derechos individuales comienzan con la funesta Revolución (no hay que cansarse de recomendar a Gaxotte).
Y la segunda razón va en la misma línea, pero con un sesgo más antropológico: un ciudadano dentro que haya que sacar (¿salir del armario?) lo llevará usted, señor publicitario, señor concejal o señor Gallardón, pero yo no. Yo dentro llevo mis miserias, y más dentro aún (intimior intimo meo) llevo a mi Creador, pero a un ciudadano ni pensarlo. Y si tiro la basura al cubo, no es ni por ustedes ni por la ética kantiana, sino en ejercicio de virtudes que están ahí mucho antes de que cuatro aristócratas decadentes invitaran a sus tertulias a Diderot, Voltaire y compañía.
- ¿Pero es que se cree usted que el que ha hecho la campaña estaba pensando en todo eso?
-No lo sé, puede que sea intencional o puede que sea una decantación inconsciente del pensamiento dominante, pero ya esta bien de tonterías.
Y con ésas, he entrado en la oficina.
Aunque sea lunes, no creo que esta mañana me encuentre especialmente picajoso o irascible, pero lo cierto es que el cartelito me ha puesto de mal humor. No es por la mala fotografía, ni por el tipo de letra, ni por el marco en el que se encuadra -con una flecha que parece de mal aficionado al power point-, ni por la composición, ni por la cara de estulta felicidad, de buen vecino, y de satisfacción por el deber cumplido del tipo que sale. No. Aunque sea un anuncio casposo y cutre, no hubiera llamado mi atención ni provocado mi mosqueo.
Lo que me irrita sobremanera es el lema de marras, y todo lo que subyace bajo tan aparentemente inocua frasecita. Entre otras, por dos razones. La primera es el uso del término ciudadano como paradigma de la limpieza y, una vez más, como meta de de las aspiraciones personales, de la plenitud de derechos, del alcance de la verdadera libertad. Aunque se emplee cada vez más por los políticos (por todos), me parece que tiene un regusto revolucionario-jacobino trasnochado, y que se enmarca en la corriente de pensamiento pseudoilustrado y laicista que propugna que los derechos individuales comienzan con la funesta Revolución (no hay que cansarse de recomendar a Gaxotte).
Y la segunda razón va en la misma línea, pero con un sesgo más antropológico: un ciudadano dentro que haya que sacar (¿salir del armario?) lo llevará usted, señor publicitario, señor concejal o señor Gallardón, pero yo no. Yo dentro llevo mis miserias, y más dentro aún (intimior intimo meo) llevo a mi Creador, pero a un ciudadano ni pensarlo. Y si tiro la basura al cubo, no es ni por ustedes ni por la ética kantiana, sino en ejercicio de virtudes que están ahí mucho antes de que cuatro aristócratas decadentes invitaran a sus tertulias a Diderot, Voltaire y compañía.
- ¿Pero es que se cree usted que el que ha hecho la campaña estaba pensando en todo eso?
-No lo sé, puede que sea intencional o puede que sea una decantación inconsciente del pensamiento dominante, pero ya esta bien de tonterías.
Y con ésas, he entrado en la oficina.
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