12 agosto 2006

Lecturas veraniegas II


Las
listas son orientativas y los propósitos que contienen pueden alterarse. Después de Flannery, la generosidad de un amigo ha querido que leyese La superstición del divorcio, de Chesterton, en una cuidada edición de Los Papeles de El Sitio, y con un chestertoniano y combativo prólogo de Enrique García-Máiquez. Está bastante bien, con momentos memorables, aunque tiene algunos altibajos. Como regalo para la buena gente aletargada, quizás sea más eficaz la recopilación de textos sobre la mujer y la familia del propio Chesterton, que ha llevado a cabo José Ramón Ayllón. En cualquier caso, ambos libros son altamente recomendables.

La cosa es que, después de este divertimento, me correspondía atacar algún “tocho heavy” y los finalistas eran el Persiles y la Montaña Mágica. Sin embargo, voy a decidirme por el
San Pablo, heraldo de Cristo de Josef Holzner, que tengo en la lista de pendientes desde hace años, y que metí a última hora en la maleta. La elección quizás se haya debido a la recta aplicación del tanto-cuanto ignaciano, o incluso (todo puede ser) a la intercesión de Flannery. Tengo las mejores referencias y la tarea se presume apasionante.

Seguiremos informando.

4 comentarios:

E. G-Máiquez dijo...

En tu caso, Dal, lo cortés no quita lo valiente, y me alegro. Tienes toda la razón al denunciar las irregularidades del libro de Chesterton. A fin de cuentas, su primera parte es una recopilación de artículos periodísticos y se le nota la urgencia.

Me ha hecho mucha gracia que adjetives (bien, como siempre) mi prólogo de combativo, porque la primera versión era explosiva, pero entre Abel Feu y José Mateos me la aggiornaron. Fíjate cómo sería.

Abrazos.

Enrique Baltanás dijo...

¿Qué diferencia hay entre un libro y otro? Me refiero al de los papeles del sitio y el de rialp. ¿O son el mismo? No me queda claro.

Dal dijo...

No te queda claro por mi torpeza para expresarme de madrugada. Veamos.
El libro prologado por Enrique es una recopilación de artículos de Chesterton, cada uno de ellos completo y con entidad propia. El de Ayllón es una selección realizada por él mismo de fragmentos de Chesterton alusivos a mujer y familia (no se indica la fuente).
Creo que ambos pueden considerarse complementarios: la edición y el prólogo del primero son mejores, y tiene la ventaja del texto completo; la selección del segundo es muy acertada y quizás de más fácil lectura para los buenos aletargados.

Enrique Baltanás dijo...

Pues gracias por la cristalina aclaración. Ergo... hay que leer los dos.