A ver cómo lo cuento. Me refiero a mis diversas reacciones psicosomáticas ante la política española. No es que con los últimos años de Aznar estuviese muy feliz, aunque creo que de largo es el mejor/menos malo de los presidentes que hemos tenido en la segunda restauración, pero tampoco estaba especialmente descontento. Luego llegó el bombazo (literal) y la de otro modo inexplicable victoria de ZP. Y empezamos a padecer al personaje. De él hablaré en otra entrada. Durante esa primera legislatura, el cabreo fue inmediato y creciente, hasta llegar a la visceralidad (por mínima simetría, puedo entender los espumarajos del rojerío ante Aznar o Bush). Estaba permanentemente alterado ante tanta mentira, tanto sectarismo, tanto ataque innecesario a todos y cada uno de mis principios, no sólo los religiosos. Pero tenía una esperanza: había ganado por el 11-M y sería una efímera pesadilla. Al final, la gente se daría cuenta de la calaña del personaje.
Pero va el tío y gana de nuevo. Por mérito suyo, por incompetencia de Mariano (two times loser, como sentenció The Economist), por la conjuración judeo-masónica, porque si la prensa, porque somos un país de m., por culpa nuestra. Igual da. Entonces, por simple profilaxis y por salud mental decido constatar que no me afecte. Y me paso al pasotismo. Vosotros lo habéis querido. Le habéis votado, pues allá vosotros, que yo tengo carrete para aguantar. Ahorraré menos, pero este tío y este país no me amargan a mí la vida. Dicho y hecho: apagón informativo. No ver la tele, saltar cuidadosamente las páginas políticas de los periódicos, ni una tertulia. Sólo Radio Clásica, blogs y revistas extranjeras. Si no en mi ciudadela, al menos sí en mi torre de marfil.
Pero la cosa no funciona. No vivo instalado en el cabreo visceral, pero tiendo a caer en la melancolía. Muy a mi pesar, constato que sí me afecta. O quizás afortunadamente porque, si funcionase, acabaría preocupándome por mi epidermis paquidérmica. Y además tengo mala conciencia por mi pasividad.
Así las cosas, cosa está en es saber si, con la que está cayendo, estoy ante un tertius exclusus: o cabreado o triste. Sí, ya se que no hay que caer en la tentación de la desesperanza y que al final la victoria está garantizada, pero el día a día qué. Por tanto, en lo que estoy ahora es en la búsqueda del tertium genus, que no puede ser otro que el combate desde la alegría, el optimismo y el buen humor… sin caer en la estulticia.
05 mayo 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
15 comentarios:
Vaya, me estoy viendo retratado. A mí me parece un gran paso estar por encima de las peleíllas políticas: que si el político A ha dicho B o el B ha dicho A.
Lo que me interesa ahora es 'the big picture'. Y la literatura, claro.
Qué bien explicado. Y con entradas cómo esta vaya si has encontrado ya el tertium genus.
Preclara exposición de una dolencia extendida.
Te entiendo. La lectura de los clásicos hasta Chesterton ayuda. El viajar y ver que otros están incluso peor, aunque sea consuelo de tontos, tambien hace lo suyo.
Yo voy a empezar mi cuarto año de exilio y la sensación es menos amarga.
Abu
Me alegra leerte de nuevo, preparado para el combate con tu pluma. Una espada más, como la tuya, es un motivo de inspiración y de esperanza. Sí de esperanza, que de algún modo es memoria de una victoria que ya ocurrió y que volverá a suceder.
Un fuerte abrazo.
César.
Estoy con Angel Ruiz al 100%. Hace años empecé a dejar de preocuparme de la pequeña política partidista. Intenté contextualizar las cosas en el plano histórico, sociológico y hasta teológico.
Lo primero de lo que uno se da cuenta es de la pequeñez de las figuras políticas actuales. Eso de "Aznar es el mejor presidente de la democracia" llega a sonar soez, porque no dice nada. Un eslogan partidista más sin contenido ninguno.
En el fondo los que manejan y se aprovechan del sistema partitocrático están encantados de que nos tomemos el asunto político como si fuera la liga de futbol. "Viva el Betis manque pierda". Origen de innumerables gastritis. Yo lo llamo "Pressing Catch": se pegan unos tortazos fenomenales pero sangre, lo que se dice sangre, no hay ninguna. Camelo. Pero eso si: los espectadores como motos y pagando su entrada sin rechistar.
Oye, fue empezar a intentar entender el "big picture" como dice Angel y se me curó la úlcera.
Por cierto, se me olvidaba, el consejo anterior incluye el dejar de leer periódicos. Son parte esencial del "Pressing Catch". Como mucho agencias de noticias, o algún "feed" que te de titulares. Y desde luego blogs, muchos blogs. Con el tiempo encontrarás algunos excelentes y lo son porque en su total independencia dicen cosas que jamás encontrarás en los medios.
Por ejemplo este tuyo.
¡Menos mal que has vuelto a escribir! Y esto era no tener nada que decir, madre mía. Bueno, que alguien me explique lo del "big picture", que suena muy bien. Yo, por ahora, me muevo más a ras de suelo.
Sí, Ángel, lo interesante realmente es 'the big picture'. La cosa es cuánto de big tiene que ser el encuadre. El máximo es verlo todo 'sub specie aeternitatis', pero ya digo que también está el día a día. Entiendo que te refieres a un encuadre medio, que no caiga en las peleíllas políticas y en lo cotidiano, pero que sí contemple al menos las tendencias.
Gracias, Enrique.
Gracias, LFU, qué buen ejemplo me has dado manteniéndote firme en tu blog a pesar de las exigencias del trabajo.
Embajador, lo de Aznar está expresado en términos relativos, y además deliberadamente no empleo la palabrita 'democracia'. Por lo demás, muchas gracias por tus agudas observaciones y por tus consejos.
Sí, Verónica, ahí creo que está la tensión existencial del tema, querer levantar la vista al 'big picture' cuando la tozuda realidad tira de ti hacia el ras de suelo. Gracias.
Dal- No he pretendido reconvenirte por lo de Aznar. Simplemente es que es una frase muy típica y me ha servido bien como ejemplo, nada más.
Sí, así lo he interpretado, Embajador. Si mi comentario anterior denotaba molestia, está mal escrito.
Muy buena tu tesis del pressing catch, por cierto.
Publicar un comentario