21 julio 2009

Lecciones de historia (II)


II

La segunda mitad del siglo XX
No tuvo Dios ni dioses, ni siquiera
un poste de colores como Caballo Loco,
que ser menos salvaje que hombre blanco.

Y vino lo que vino:
si Dios no existe, el hombre es un fosfato
(un fosfato que vota, miren qué delicado).

Si Dios no existe –déjense de bromas–
no existen argumentos contra el horno
crematorio, el Gulag, la clínica asesina,
la bomba de neutrones, las Brigadas
Rojas, los Mao-Tse-Tung…
Si Dios no existe ¿quién me dice a mí
que no me cague en todos los restantes fosfatos?
Si Dios no existe, sálvese quien pueda.
Si Dios no existe, el Mandamiento Nuevo
es ‘jodeos los unos a los otros’.

Considerad, hermanos, con qué fidelidad
lo cumplió la segunda mitad del siglo XX.
______________________________________6-X-81

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