03 diciembre 2007

Zenit

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01 diciembre 2007

Spe salvi

¡Ya está aquí!.

Como Jeremías, acabo de devorar estas palabras gracias al suplemento de La Razón. Tiempo habrá para lecturas reposadas, lecturas parciales y lecturas de comentarios. De momento, la grande bouffe.

Es maravillosa. B XVI, el teólogo asequible, nos habla de la fe objetiva (frente al ramalazo subjetivista de Lutero); hace un lúcido análisis de la modernidad, de la pretendida autonomía del progreso para lograr la justicia (Bacon), y de los errores del marxismo; nos recuerda que el que reza nunca está solo; nos invita a retomar la santa costumbre de ofrecer nuestos sufrimientos para contribuir a la redención; recuerda la dimensión colectiva de nuestra esperanza; expone la necesaria compatibilidad de justicia y gracia en el Juicio Final, y proporciona una racionalísima razón de ser del purgatorio.

Como todos los textos de B XVI, está plagado de joyitas. Fijaos qué análisis:

"El ateísmo de los siglos XIX y XX, por sus raíces y finalidad, es un moralismo, una protesta contra las injusticias del mundo y de la historia universal. Un mundo en el que hay tanta injusticia, tanto sufrimiento de los inocentes y tanto cinismo del poder, no puede ser obra de un Dios bueno. El Dios que tuviera la responsabilidad de un mundo así no sería un Dios justo y menos aún un Dios bueno. Hay que contestar este Dios precisamente en nombre de la moral. Y puesto que no hay un Dios que crea justicia, parece que ahora es el hombre mismo quien está llamado a establecer la justicia. Ahora bien, si ante el sufrimiento de este mundo es comprensible la protesta contra Dios, la pretensión de que la humanidad pueda y deba hacer lo que ningún Dios hace ni es capaz de hacer, es presuntuosa e intrínsecamente falsa. Si de esta premisa se han derivado las más grandes crueldades y violaciones de la justicia, no es fruto de la casualidad, sino que se funda en la falsedad intrínseca de esta pretensión. Un mundo que tiene que crear su justicia por sí mismo es un mundo sin esperanza. Nadie ni nada responde del sufrimiento de los siglos. Nadie ni nada garantiza que el cinismo del poder –bajo cualquier seductor revestimiento ideológico que se presente– no siga mangoneando en el mundo. Así, los grandes pensadores de la escuela de Francfort, Max Horkheimer y Theodor W. Adorno, han criticado tanto el ateísmo como el teísmo. Horkheimer ha excluido radicalmente que pueda encontrarse algún sucedáneo inmanente de Dios, pero rechazando al mismo tiempo también la imagen del Dios bueno y justo. En una radicalización extrema de la prohibición veterotestamentaria de las imágenes, él habla de la « nostalgia del totalmente Otro », que permanece inaccesible: un grito del deseo dirigido a la historia universal. También Adorno se ha ceñido decididamente a esta renuncia a toda imagen y, por tanto, excluye también la « imagen » del Dios que ama. No obstante, siempre ha subrayado también esta dialéctica « negativa » y ha afirmado que la justicia, una verdadera justicia, requeriría un mundo « en el cual no sólo fuera suprimido el sufrimiento presente, sino también revocado lo que es irrevocablemente pasado ».Per o esto significaría –expresado en símbolos positivos y, por tanto, para él inapropiados– que ´no puede haber justicia sin resurrección de los muertos. Pero una tal perspectiva comportaría « la resurrección de la carne, algo que es totalmente ajeno al idealismo, al reino del espíritu absoluto »".

Y mirad qué convicción profunda de B XVI:

"Estoy convencido de que la cuestión de la justicia es el argumento esencial o, en todo caso, el argumento más fuerte en favor de la fe en la vida eterna. La necesidad meramente individual de una satisfacción plena que se nos niega en esta vida, de la inmortalidad del amor que esperamos, es ciertamente un motivo importante para creer que el hombre esté hecho para la eternidad; pero sólo en relación con el reconocimiento de que la injusticia de la historia no puede ser la última palabra en absoluto, llega a ser plenamente convincente la necesidad del retorno de Cristo y de la vida nueva".

Toda la encíclica es clara y didáctica. De hecho, de vez en cuando, el Papa recapitula, para que nos enteremos de lo que nos está contando. Sin embargo, al final, cuando entra María, la enseñanza se torna en oración (n. 50). El Papa cesa su magisterio y se dirige a la Virgen , estrella de la esperanza. ¡Qué belleza! Es toda una meditación.

Tiempo habrá, como digo, para los análisis. Lo de ahora ha sido un atracón de fe, esperanza y caridad, que ensancha el espíritu. Creedme que no se atraganta, ni se indigesta. Ahora, ojalá que repita.

29 noviembre 2007

Ginemedex

LECCIONES DE HISTORIA
(La larga marcha hacia ninguna parte)

(…)

V.

La segunda mitad del siglo XX
proclamó la bandera de la paz y de la vida
la vida de Mick Jagger,
la vida de Alí Agca, la de Charles
Manson, la de Bokassa,
la de José Rodríguez, son sagradas;
la vida de las focas y la de las sequoias
y hasta la vida de los vietnamitas
son sagradas, etcétera…

Muy bien, señores, pero
mientras el Universo se llenaba
de palomitas rosas, mientras todos ustedes
hacían el amor y no la guerra,
en cada útero un Auschwitz, un Dachau, un Stalin,
un Führer, un Vietnam, un Paracuellos,
un negro y fiero bombardeo.
Todo legal, no sufra, todo a cargo
de la Seguridad Social, naturalmente.

Cinco, veinte, sesenta millones, ochocientos
millones de personas –Dios lleva cuenta exacta–
asfixiadas, quemadas, trituradas
(con absoluta higiene y música ambiental
para que nadie diga).
Yo he escuchado sus llantos diminutos,
he visto sus milímetros de espanto,
sus deditos de leche desvalida
moviéndose en el cubo funerario.

Yo levanto estos versos como un volcán de rabia
y grito a las estrellas
que el mayor genocidio de este planeta fue
la segunda mitad del siglo XX

Miguel d’Ors, Es cielo y es azul, 1984

28 noviembre 2007

Cena con George Weigel (y IV)

Os decía que, a pesar de los funestos augurios, Weigel transmite de todo menos pesimismo o derrotismo. Desde luego, como buen católico tiene muy presente el non prevalerunt y es, además, un optimista antropológico. Y como miembro de una nación joven y vigorosa (no de la vieja Europa), tiene un ímpetu y una iniciativa que ya los quisiéramos aquí. En España tenemos cabezas excepcionales en el pensamiento católico y conservador, pero casi todos son universitarios o intelectuales (en el sentido peyorativo del término), y faltan hombres de acción. Arcones y algunos otros ciertamente lo son, y por eso necesitan todo nuestro apoyo.

Para muestra un botón: Weigel se fue en 1987 a Moscú (¡con 36 añitos!), con otros cuatro chalados, a reunirse con grupúsculos contestatarios para promover un golpe de estado pacífico. Esto es, a instruir a los arcones et al. acerca de cómo crear una sociedad civil fuerte, y cómo vertebrar la sociedad rusa para oponerse al régimen. La receta era exportable: fomentar el tercer sector, de modo que trabajar en ONGs afines sea una primera opción para profesionales con talento; presionar para que haya una fiscalidad favorable para este tipo de iniciativas; usar de todos los medios legales a nuestro alcance para oponernos a actuaciones políticas nocivas (¡viva E-Cristians!); en definitiva, no quedarse parados y hacer algo para defender nuestros principios.

La arenga fue un acicate. Decididamente, esto tiene solución, pero hay que moverse. ¡Y cuánto nos cuesta!. ¡Ay, este inmovilismo nuestro, siempre dispuesto a criticar y a dar soluciones de salón, pero nunca a mover las tabas!.

Hay que cambiar. Hacen falta más weigels. Hacen falta santos.

25 noviembre 2007

Cena con George Weigel (III)

De modo claro y didáctico (y sin pretensión alguna de originalidad) nos explicó Weigel que lo que conocemos como Occidente no se corresponde con una ubicación geográfica. Occidente puede ser Australia, EE.UU, Europa o Argentina. Se corresponde con una civilización cuyas bases se han asentado históricamente en un trípode muy claro: Israel (Cristo), Grecia (la razón) y Roma (el derecho). Gracias a esa conjunción se ha dado el modelo de sociedad más perfecto de cuantos ha conocido la Historia, aquél donde el hombre ha podido ser más libre.

Sin embargo, en un momento histórico determinado, la cultura occidental pretende haber alcanzado su mayoría de edad y busca su emancipación sobre la base de rechazar la "pata" correspondiente a la religión. Con fogosa e irreflexiva vehemencia rechaza la compatibilidad entre la fe y la razón, y pretende salvar a la segunda de las supersticiones de la primera.

Pero hete aquí que, paradójicamente, el destierro de la religión provoca el tambaleo y posterior caída de la razón. En un primer momento, su entonización provoca un sucedáneo de religión, una religión que, además de prescindir de Dios (o, mejor, porque prescinde de Dios) no revela al hombre quién es el hombre, y que desde luego no salva. Y en un segundo momento, porque la razón desaparece y llega el relativismo. Se niega tanto la verdad como la capacidad de conocerla, impera la corrección política y se rechaza la filosofía griega como un producto de "varones blancos muertos". Weigel ironizaba con que el próximo motto del famoso escudo de Harvard no tardará en ser "Veritas?", con interrogante añadido.

Este es el momento en que nos encontramos. Y es un momento en el que, herida de muerte la razón, el derecho comienza a tambalearse. Se está pasando del rule of law al arbitrio de la ley, a la legalización del crimen (aborto), y a la persecución del discrepante (legislación "anti-homófoba"). En Canadá un sacerdote va a ir a la cárcel por decir que la homosexualidad es pecado, y los seminaristas se preparan para que su ministerio sacerdotal tenga el componente martirial de la prisión.

Leyendo lo anterior, igual os creéis que Weigel es pesimista, o que transmite angustia o pesadumbre. Todo lo contrario. Ya os contaré.

24 noviembre 2007

Cena con George Weigel (II)

Es autor de Testigo de esperanza, probablemente la mejor biografía de (San) Juan Pablo II, con quien mantuvo una amistad personal. También es amigo personal de Benedicto XVI, sobre quien ha publicado La elección de Dios. Preocupado por la vieja Europa ha escrito Política sin Dios. El cubo y la catedral, un opúsculo de lectura imprescindible (el título no tiene desperdicio, y se refiere al Arco de la Defensa, que el masonazo —mis saludos, Saki— de Mitterrand hizo construir con una altura tal que bajo él encajase perfectamente la catedral de Notre Dame). Además es colaborador habitual de First Things, la mejor y más influyente revista de pensamiento cristiano de EE.UU, con treinta y dos mil suscripciones (la mía entre ellas). Cuando no está en Polonia dando un curso de doctorado permanente, o en Roma, o en Madrid con cuatro chalados conservadores, se le puede encontrar en el Ethics and Public Policy Center, un influyente think tank conservador americano. Como diría mi hijo Santi, este tío es la caña. Más sobre el crack, aquí.

Pues bien, ya os dije ayer que la semana pasada asistí a una cena con él. Una de las muchas cosas que nos contó es que la diferencia principal entre EE.UU y Europa es que allí puede hablarse de Dios y de la fe de uno con toda naturalidad y aquí no. Verbigracia, cuando, invitado por el Partido Popular Europeo, visitó el Parlamento ídem, les habló de dar la batalla contra la pretensión laicista de reducir la fe al ámbito de lo privado, y todos le aplaudieron entusiasmados. Cuando, seguidamente, les exhortó a que predicasen con el ejemplo, los eurodiputados de ese partido (a) mayoritario; y (b) que se dice inspirado en valores del humanismo cristiano, miraron para otro lado y, para su pasmo, le dijeron que semejante pretensión era implanteable en Europa (remember Buttiglione). Esta fue una de las cosas que nos exhortó a combatir. Pero no recriminando a los próceres, sino tomando nosotros la iniciativa en nuestros respectivos ámbitos.

Nos dijo muchas más cosas, que contaré D.m. en otra entrada.

21 noviembre 2007

Cena con George Weigel

El jueves pasado asistí a una cena con George Weigel. El privilegio fue debido a la gentileza de la Fundación Burke, que organizó el evento. Su presidente, mi amigo Antonio Arcones, realizó una breve y sugestiva presentación del de su programa. Fue Joaquín Costa revisited: el mayor peligro, el Estado. Criticó un sistema como el nuestro en el que el Estado detrae nada menos que el 40% de los ingresos de los españoles, y se encarga después de redistribuirlo (ineficiente y probablemente corruptamente) del modo en que más interesa a su finalidad alienadora. Defendió su proyecto y la necesidad de recuperar el orgullo de ser conservador, frente a la derecha vergonzante del PP.

Una anécdota reveladora: test de preguntas cortas a los dos candidatos a las pasadas elecciones generales:

Pregunta: -- ¿Cuál es su periódico preferido?
Zapatero (orgulloso): -- El País (oh tempora, etc.)
Rajoy (Mariano): -- El Marca

Burke no admite para su financiación ningún tipo de subvención pública. Sólo se financia a través de donativos de particulares. ¿Para qué hacéis esto?, le preguntaron ¿por idealismo? No, por pragmatismo, respondió Arcones, porque tengo cuatro hijos.

Me he ido de tema. Otro día, Weigel. Como aperitivo el siguiente dato: 10 millones de homeschoolers en USA, y las Universidades rifándoselos.


[Coda: 50 comentarios hasta la fecha en mi entrada sobre la masonería de hace unos días. De este lado del cuadrilátero, el carlistón Ullate y el anónimo Duns; de aquél el Gran Maestre Grado 33º Saki y su cofrade Faras. Un servidor de simple anfitrión, aunque claramente alineado con los primeros. Mucho nivel. Esto trasciende el blog, habrá que hacer algo.]

17 noviembre 2007

De guante blanco

No os perdáis el diálogo entre Saki, Faras y el pérfido Ullate, con ocasión de una insignificante entrada de este blog.

Del lado de lo antimásonico, al margen del libro de Ullate, lo mejor que he leído es el incombustible Darkness visible de Hannah, La trama masónica de Manuel Guerra y el triple secreto de De la Cierva. Del masónico, al margen del de Saki, el Esquema filosófico de la masonería de Espinar Lafuente y La politique des francmasons de Jacques Miterrand.

Bienvenidos a esta casa, amigos. Si tenéis recomendaciones, también bienvenidas.

16 noviembre 2007

Orden del mundo

Cómo me gusta la lectura de hoy (Sb 13, 1-9):

Sí, vanos por naturaleza todos los hombres en quienes había ignorancia de Dios y no fueron capaces de conocer por las cosas buenas que se ven a Aquél que es, ni, atendiendo a las obras, reconocieron al Artífice; sino que al fuego, al viento, al aire ligero, a la bóveda estrellada, al agua impetuosa o a las lumbreras del cielo los consideraron como dioses, señores del mundo. Que si, cautivados por su belleza, los tomaron por dioses, sepan cuánto les aventaja el Señor de éstos, pues fue el Autor mismo de la belleza quien los creó. Y si fue su poder y eficiencia lo que les dejó sobrecogidos, deduzcan de ahí cuánto más poderoso es Aquel que los hizo; pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor.
Con todo, no merecen éstos tan grave reprensión, pues tal vez caminan desorientados buscando a Dios y queriéndole hallar.
Como viven entre sus obras, se esfuerzan por conocerlas, y se dejan seducir por lo que ven. ¡Tan bellas se presentan a los ojos!
Pero, por otra parte, tampoco son éstos excusables; pues si llegaron a adquirir tanta ciencia que les capacitó para indagar el mundo, ¿cómo no llegaron primero a descubrir a su Señor?

De aquí debió de sacar Santo Tomás la quinta vía de orden del mundo.

Y quizás también estas bellas palabras inspiraron estos memorables versos de Miguel d'Ors, con recuerdo al Santo incluido:

La segunda mitad del siglo xx
era más pertinaz que una sequía
de los años cuarenta.

Tenían -¿como no?-las Cinco Vías
de Tomás, el inmenso aventurero,
tenían los ocasos de Granada, el acorde
de octubre en los hayedos de Zuriza,
tenían a Audrey Hepburn (y a Raquel Welch), tenían
el Cervino, Florencia,
la Sexta Sinfonía de Beethoven,
el cielo azul -que es cielo y es azul-,
el silencioso grito de un minuto cualquiera
de la Madre Teresa de Calcuta...

Tropezaban con Dios en cada cosa:
un niño: Dios; una gaviota: Dios;
una mujer que dice «yo también»:
Dios; un buen verso: Dios. Pero eran ciegos,
sordos, inexplicables, y negaron a Dios como quien niega
el mar o las manzanas.

Al final, frente a las pseudofilosofías, los intelectualismos y las vías iniciáticas, el cristianismo contrapone una doctrina muy sencilla: "Si no os hacéis como niños..."

13 noviembre 2007

Presentación


Mi amigo José Antonio Ullate presenta esta tarde a las 19.30, en la Universidad San Pablo-CEU, su reciente libro "El secreto masónico desvelado", cuya lectura recomiendo vivamente. Si podéis, pasaos. Valdrá la pena.

12 noviembre 2007

Complejos


Recibido hoy de un despacho de abogados indio, sin complejos. Ahora, nosotros, decadentes occidentales, mucho ojito con felicitar la Navidad.

Si acaso las fiestas y el solsticio...

05 noviembre 2007

Miami

Estoy en Miami asistiendo a dos congresos sucesivos sobre arbitraje. Aprovechando la coyuntura y a la vista de que la estadía era lo suficientemente prolongada, Carmen ha decidido acompañarme. Su decisión ha venido únicamente motivada por razones de solidaridad conyugal ante el tedio de estos eventos, y ni el sol, ni la multitud de centros comerciales ni la actual paridad dólar/euro han tenido influencia alguna en tan altruista decisión.

Total, que aquí estamos "como dos palominos atontaos", según gloriosa expresión conquense, que merecería estar en el Corominas.

Seguiremos informando.

29 octubre 2007

Más sobre A.T.

Cómo será de bueno Trapiello que, a pesar del vomitivo artículo del domingo, sigo leyéndolo. Dejar de hacerlo sería aplicar el dicho "para que se jorobe el capitán, no tomo sopa" a la literatura, y no estoy por la labor. Ahora, no deja de ser un misterio cómo alguien tan sensible, inteligente e independiente como él puede ser tan rojo.

Bueno, a lo que iba. Ahora estoy con El jardín de la pólvora. Tiene demasiadas pendencias literarias, pero también partes impagables, como la visita a Lisboa. O como la caña que da en unas jornadas paniaguadas en Yuste sobre "Cultura y democracia" (de ahí mi sorpresa ante su rojerío). En un museo lisboeta había, entre esculturas y otros cuadros,

“... unos guardi como todos los guardi, con ese mecanismo suyo, que parecen una caja de música por dentro, llenos de agujas y muy lentos”.

Luego va con su familia al Palacio da Pena en Sintra y lo detesta. Sin embargo, se entusiasma con sus jardines y cuando el mecánico le pregunta si le ha gustado la visita, le viene a la cabeza –aunque se calla– lo que dijo aquel serrano viejo que acababa de ver la Alhambra por primera vez:

“L'Alhambra como toas laj Alhambras; ahora bien, la arbolea, ¡qué arbolea!.

22 octubre 2007

Materialismo

Un premio Nobel ha dicho que los blancos son más listos que los negros, y se ha armado la marimorena. Podría entenderlo, porque a mí también me parece una barbaridad, pero en una sociedad cientifista y materialista como la nuestra, qué queréis que os diga, no lo entiendo.

Porque si el alma no existe o, como decía un leguleyo que me encontré una vez, radica en el bulbo raquídeo; si el amor, como dicen Punset et al., no es más que una reacción química; si somos iguales que los chimpancés, y nuestro ADN es igual que el de la mosca del vinagre; si sólo existe lo que se cuenta, se pesa o se mide, entonces ¿de qué se escandalizan?.

El elefante africano tiene las orejas más grandes que el elefante asiático, y nadie se rasga las vestiduras. No sé si me explico...

16 octubre 2007

Ansia infinita de paz

La situación política en Banania era insostenible. La recesión económica se adivinaba imparable, el descontento de la población crecía día a día y la debilidad gubernamental alzcanzaba límites hasta entonces desconocidos.

El Presidente había convocado un Consejo de Ministros de urgencia para adoptar medidas correctoras de la situación. Ni el pesimismo de sus ministros ni la pérdida del apoyo de sus grupos mediáticos hacían flaquear su optimismo antropológico. Cuando desde el salón de palacio comenzaron a oírse el ruido de los tanques y los disparos por la avenida 14 de abril, el Ministro de Defensa exclamó presa del pánico:

– ¡Un golpe de Estado! ¡Huyamos mientras aún estemos a tiempo!

Lejos de perder la calma, el Presidente esbozó la mejor de sus sonrisas y, con la voz persuasiva y aterciopelada que tanto gustaba en sus años de profesor ayudante, dijo a los miembros de su gabinete:

– No os preocupéis, que este golpe de Estado es nulo de pleno derecho.

14 octubre 2007

A.T.

La cosa en sí (¡gracias Enrique!) es la mejor literatura que he leído en lo que va de año, y me atrevería a decir que en mucho tiempo. Leí el libro de un tirón antes de verano y todavía me dura el buen sabor. Ahora, yendo a las raíces, acabo de terminar El gato encerrado (¡gracias otra vez, amigo!). Está bastante bien, sobre todo porque se adivina el germen de lo que luego va a ser esta novela en marcha, pero del uno al otro hay una diferencia abismal. Aunque tiene partes muy buenas, hay otras que creo que el autor suprimiría de buen grado, si no fuese por su coherencia con la literatura. Y falta el humor. Parece que los iniciados aprecian mucho este primer volumen. A mi juicio, tal sobrevaloración sólo puede venir motivada por el gusto del hallazgo contemporáneo (yo-vengo-leyéndolo-desde-entonces), porque leídos hoy los dos, no hay comparación. De todas formas, lectura altamente recomendable.

Por cierto, qué buen crítico es García Martín. Mirad lo que dijo en 1996, con sólo tres de los diarios publicados:

"...esas páginas líricas o irónicas, dedicadas a cantar la vida o las pintorescas andanzas por las librerías de viejo, la melancolía de una puesta de sol o las trampas de la vida literaria, escritas unas veces con el primor de prosa poética y otras con barojiano descuido, se encuentran entre lo menos perecedero de la literatura de estos últimos años."

Además de altamente adictiva, la literatura de A.T. es pedagógica. El otro día en Barajas, esperando el avión y viendo a la gente pasar, me sorprendí tratando de redactar mentalmente una descripción de la escena y lamentándome de dejar pasar un relato como ése (no por falta de tiempo, sino de capacidad). Lo que al menos me quedó es una contemplación más cuidadosa de la realidad, que no es poco.

Cómo estará la cosa que esta mañana he madrugado y me he ido al Rastro.

09 octubre 2007

El relato del Anticristo

Llevaba tiempo en mi larga lista de lecturas pendientes, pero cuando vi que el Cardenal Biffi destacó su valor profético y lo llevó a los Ejercicios Espirituales que predicó este año al Papa y a la Curia; y cuando, después, comprobé que el propio B XVI lo cita en su inagotable Jesús de Nazaret, decidí que había llegado el momento de acometer su lectura. Afortunadamente es fácil de encontrar gracias, una vez más, a Antonio Arcones y a su Criteria Club de Lectores.

Como es sabido, se trata de un opúsculo que el ruso Vladimir Soloviev escribió en 1900, poco antes de morir. Participa de las corrientes apocalípticas de los fines de siglo, y su finalidad principal era oponerse al influjo de las tesis religiosas de Tolstoi, en las que casi todo tenía cabida (reducción de la religión a simple ética). Viene precedido por los llamados Tres diálogos, de los cuales sólo el primero, sobre el uso legítimo de la fuerza, tiene interés. Los dos restantes son perfectamente prescindibles, el segundo por excesivamente localista y el tercero por tostón.

En cuanto al relato propiamente dicho, es de lo más recomendable. Profético a la par que divertido. El Anticristo es un personaje carismático, todo él talante, pacifista, vegetariano, con un doctorado en teología por Tubinga, y autor de un libro titulado El camino abierto hacia la paz y la prosperidad universal (parecido a La paz perpetua del Tartarín de Königsberg). Aclamado por las masas, les proporciona tranquilidad y bienestar; fomenta el consenso y presenta una visión superadora y unificadora de las religiones. Por supuesto, es masón. Genera adhesiones incondicionales entre la población (eso es precisamente lo que busca, sumisión incondicional, alienación), también entre muchos católicos, ortodoxos y protestantes. Es todo amabilidad de cara al público y ocultista y satánico in the shadow. Proporciona a los hombres todos los bienes materiales, pero les hurta lo que más necesitan. Al final… Bueno, mejor os lo leéis.

Desengañaos. Aunque por la descripción anterior pudiera parecerlo –y aunque me consta que ha habido algunas discusiones más o menos jocosas al respecto en los mentideros madrileños– Zapatero no es el Anticristo. Desde luego, no será por su falta de interés en poner los medios, pero ¡más quisiera él!

A lo sumo un cutre aprendiz de brujo.

05 octubre 2007

Educación de menores

JMN tiene tanto lío que ya no entra en los blogs (o al menos no los comenta). Sin embargo, sí que envía a los amigos perlas cultivadas. Aquí tenéis la intervención de Emilio Calatayud, Juez de Menores Granada.



La segunda parte, aquí. Dura bastante (20'), pero vale más que todas las sesudas disquisiciones de los pedagogos de turno.

02 octubre 2007

Tanto monta


¡Pero mira que eran fachas, estos Reyes Católicos!