17 julio 2008

Revolución - contrarrevolución

Cada vez me convenzo más de que que ésta es la verdadera dialéctica de la política, mucho más profunda que la distinción, ya casi obsoleta, entre derechas e izquierdas.

La Revolución, con mayúscula, fue la francesa, origen de la gran mayoría de nuestros males. Afortunadamente el revisionismo se está imponiendo hoy hasta en la propia Francia. Al margen del clásico de Gaxotte, de la caña que Chaunu dio al bicentenario, del conocido libro de Furet y de los trabajos (algunos traducidos) del genial Jean Sévillia (¡cómo quieren a España los franceses católicos!), acaba de aparecer un libro con un pintón, Le livre noir de la Révolution Française, que será, espero, una de mis lecturas veraniegas (en España todavía no nos acabamos de enterar, aunque hay un buen artículo aquí).

Pero revolucionario, con minúscula, es también todo movimiento tendente a la subversión del orden establecido, a la aniquilación de los valores tradicionales sobre los que se ha asentado la civilización occidental y a su sustitución por una política de ingeniería social, por unos nuevos paradigmas "de laboratorio", contrarios a la naturaleza humana y fruto del pensamiento de unos personajes, generalmente mediocres, y frecuentemente marcados por lacras personales (los intelectuales que retratara Paul Johnson).

Ni que decir tiene que Zapatero es revolucionario hasta las cachas, como toda la masonería y como el Lassalle ese del PP, que regaña a María San Gil y que ahora parece el ideólogo de la cosa.

¿Y Rajoy qué es? Un buen aficionado al ciclismo.

16 julio 2008

Ignacio Peyró

Son ya varios los amigos que me invitan a seguir la pista de este joven escritor y periodista. Qué razón tienen.

09 julio 2008

Volutas poéticas II

De cuánta soledad me ha liberado
la caricia azulada de tu aliento,
nube tibia y sutil en movimiento
que envuelve al corazón desalentado.

¡Qué cuenta de dolor aminorado!
¡Qué esperas en silencios contenidas!
¡Qué vísperas de amor agradecidas
a tu blanco papel sacrificado!

¡Qué misterioso pálpito encendido
jugando entre mis dedos impacientes
para ahuyentar al sueño enfebrecido!

Contigo arden las penas más hirientes
al tenerte en mis labios sostenido
mientras vuelan cenizas indulgentes.


................................José Utrera Molina

[Cortesía de LFU]

07 julio 2008

Volutas poéticas


El cigarro
Tan solamente tú, cigarro amigo,
eres amigo fiel y verdadero,
sólo tú leal y fino compañero
estás, sin variación, siempre conmigo.

Tú eres de mis pesares fiel testigo,
tú eres en mis placeres el primero;
y si quiero escuchar un consejero
que me hable sin disfraz, tengo contigo.

Tu fuego las pasiones simboliza
en que ansioso yo mismo me consumo,
bebiendo el fuego que mi aliento atiza;

y en tus tristes reliquias me presumo;
pues me anuncias mi fin con tu ceniza
y me pintas mis gustos con el humo.

Don Manuel de la Torre Lloreda (1776-1836)

[Cortesía de Antu]

05 julio 2008

Superlativo

Hoy, la más grande del más grande dirigida por el mejor en el mejor sitio.

A las 22.30, en directo por Radio Clásica.

04 julio 2008

Mesanza unplugged


Aquí, JMM lee poemas suyos en una conferencia en la Fundación Juan March (cortesía de Beades).

Imprescindible.

11 junio 2008

Un hincha más

Lo del Príncipe dando botes de alegría en el partido de ayer me dio bastante vergüenza. No se representa a España de esa manera. Ni llantos, ni carcajadas ni alborozos, por favor.

Además, mucho me temo que el tema haya estado cuidadosamente organizado para que el hereu gane puntos entre la denominada ciudadanía. Sólo así se explica que sus desenfrenados entusiasmos fueran noticia en todos los telediarios (especialmente en los de Prisa, tan amigos del Soberano), y no consten hoy en prensa escrita, sino que se vean sustituidos por beatíficas sonrisas y aplausos comedidos. Verba volant, scripta manent.

Hace años, en otro de esos campeonatos magistralmente glosados por d'Ors y ante otro de los bailes de San Vito del heredero, el comentarista deportivo de la Ser proclamó entusiasmado: "-¡Muy bien por el Príncipe, si sigue así yo le voto!". El director del programa le recordó que la Monarquía no tenía que ver con el sufragio, pero ahí quedo la cosa.

Para eso me quedo con Dª Elena el otro día pidiendo las dos orejas para José Tomás.

05 junio 2008

El demiurgo impoluto

Cuando leía el magnífico artículo de Hermann Tertsch de hoy, no podía creerme que la frase que atribuye a Pepiño Blanco fuera cierta. Pero hete aquí que lo es: aparece literalmente en el blog de este demiurgo impoluto (Tertsch dixit). Quede para siempre en los anales de esta patria nuestra:

"Me he resistido en estos últimos meses a confesar públicamente mi simpatía hacia Barack Obama para no interferir en lo más mínimo en el proceso de elección que estaba desarrollando el Partido Demócrata".

Risa floja al margen (no os perdáis algunos de los comentarios al post), es un ejemplo arquetípico de la pérdida de sentido de la realidad que tienen los políticos cuando acceden al poder.

O que tenemos cualquiera de nosotros cuando nos tomamos demasiado en serio.

27 mayo 2008

JMM, siempre

Julio Martínez Mesanza nos regala hoy en su blog doce poemas de su próximo libro, Gloria. Cuando los leo, se me ensancha el alma. Por todos éste:

DEFENDIDO

Lavado por el agua del costado
y dentro de la herida defendido
de tanto no que sólo trae nada,
de tanto tibio sí, de tanta tregua.

Ante un regalo así, solo queda dar las gracias.





20 mayo 2008

Carta

Con las debidas licencias, os adjunto la carta que el Hermano R.A., LC ha enviado recientemente. Res ipsa loquitur:

Acabo de terminar de escribir una carta con la que voy a dar un paso decisivo en mi vida. He escrito a mi superior la carta en la que le pido recibir la ordenación sacerdotal.

Ciertamente llevo ya muchos años preparándome para este momento. Pero la costumbre en la Iglesia es que, durante el año anterior a la ordenación, el superior de un candidato al sacerdocio le comunique su aceptación y que, en ese momento, el candidato redacte una breve carta manuscrita. En ella debe pedir libre y espontáneamente la admisión a las sagradas órdenes y manifestar la intención de dedicarse de por vida a su misión de sacerdote. Esta es la carta que acabo de escribir.

Es una carta muy sencilla, de una página, sin retórica ni frases ampulosas, pero que compromete toda una vida. Imposible imaginar a qué rincones del mundo me llevará esta carta. Menos aún la gente con la que me llevará a tratar o las aventuras y retos, los sufrimientos y alegrías, las sorpresas y las fatigas que me deparará. Por eso es una carta que no se puede escribir con indiferencia. La he escrito con gran alegría y confianza, pero también con cierta expectación. ¿Qué será de mí en los próximos años?

Creo que por eso he sentido la necesidad de haceros llegar este mensaje al mayor número posible de todos vosotros a quienes he conocido. A quienes he conocido mucho y a quienes menos. A los que he seguido tratando con más frecuencia, y a los que no he visto o he visto muy poco en estos años que he pasado en diversos países del mundo. A los que sois creyentes, a los que no tanto y a los que no lo sois. A todos.

Imposible explicar en unas pocas líneas lo que es para mí ser sacerdote. Pero una cosa es cierta: el sacerdote pertenece a Dios y a los demás. Ya no se pertenece a sí mismo. Ha renunciado a una familia propia y a unos planes personales para dedicarse sólo a Dios y a los demás. No es que no tenga familia. Ésta es su familia: Dios y los demás. Creo que también por eso siento la necesidad de mandaros este mensaje. Porque, más allá de las distancias y más allá de los años, como “casi-sacerdote” creo que algo especial me ata a la gente con la que me he cruzado.

Si eres una persona de fe, te pido una oración por mí. Para que Dios me ayude a ser un santo y auténtico sacerdote. Si eres una persona de poca fe, te pido dos oraciones. Si no eres creyente alégrate por mí, y yo me encargo de la oración. ¡Pero alégrate!

Entre este momento y la ordenación me gustaría poder escribiros en alguna otra ocasión, para ver si consigo explicar por qué me hago sacerdote, qué he hecho estos años de preparación, qué significa ser sacerdote en el mundo de hoy. A ver si lo consigo.

De momento os mando un fuerte abrazo y la información sobre la ordenación.

Rezo por vosotros,

R.A.U.

Ordenación sacerdotal:

Sábado 20 de diciembre de 2008, Basílica de San Pablo extramuros, Roma, Italia. Nos ordenará el Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado emérito de la Santa Sede.

Antes seré ordenado diácono el domingo 29 de junio de 2008, también en Roma, en la capilla del Centro de Estudios Superiores de los Legionarios de Cristo, por Mons. Mieczyslaw Mokrzycki, antiguo secretario personal de Juan Pablo II y de Benedicto XVI.

19 mayo 2008

Im-pres-cin-di-ble

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Una vez más, Juaristi. Copio su artículo en el Abc de ayer, por si lo quitan:


María

BUENO, es posible que María San Gil no sea más que una chica de provincias viviendo en un cuadro de Ramón de Zubiaurre o de algún otro costumbrista menor, y que no sirva para la Gran Política de diseño. Es posible que no sepa explicarse como una catedrática y que se haga un lío o que la líen con borradores inconclusos y contradictorios. Es posible, en fin, que tenga que irse a casa antes de que los ancianos padres de los militantes centristas del PP vasco empiecen a preguntarse por qué no firma ponencias que ellos firmarían brincando como cabras jubilosas (los ancianos padres de los militantes centristas del PP vasco me parecen criaturas más improbables todavía que los propios militantes centristas del PP vasco, pero admito la hipótesis e incluso cachalote como animal de compañía). Es posible que María San Gil se haya quedado obsoleta ante esta nueva perspectiva esplendorosa que contempla el centrismo español. No hay más que ponerla junto a Soraya en el casting para comprobar que no da el tipo.
María, la pobre, no tiene siquiera la formación adecuada. En vez de licenciarse en Sciences Po, Derecho o Comunicación, se dedicó a perder el tiempo con estudios bíblicos. Y, mira tú, ni se casó por lo civil, habráse visto estrecha. Derechona pura, sin discusión. Con semejante historial, no deberías dedicarte a la cosa pública ni aunque te maten al jefe mientras tomáis el aperitivo. Corres el riesgo de que te calen cuando llegues a comisario europeo, como a Rocco Butiglione, y entonces les sacarán los colores a los honrados centristas de tu partido, que no se merecen tanta humillación por tu culpa. María, que no te enteras. Que no estás al día, María. Que el PP ha cambiado, que ya es el centro moderno que todos esperábamos que alguna vez se decidiese a encarnar. O sea, que los socialistas tiemblan de miedo ante la estrella ascendente de Rajoy, y ahora nos vienes con tiquismiquis.
Después de todo, ¿qué ha hecho María San Gil por la patria, por el bienestar y el progreso? Recoger un partido en bancarrota y llevarlo a la ruina. Cierto: es una mujer de principios, pero qué tendrán que ver los principios con la Gran Política, digo yo. Los principios, a María San Gil, le han valido insultos callejeros cotidianos, conatos de linchamiento en mercados y universidades, unos cuantos galones de lágrimas en funerales de compañeros y hasta una displasia. Vaya éxito. E insiste: nada de acercarse a los nacionalistas, porque se radicalizan más. Claro, querida, pero las verdades de Perogrullo, o les sacas provecho, como Pachi López, o sólo te producen melancolía. Última teórica que te doy gratis. En un país afligido por el terrorismo nacionalista, ganan los nacionalistas que se pretenden moderados, porque los aterrados les votan. Les ceden el poder, con la esperanza -vana, es cierto- de aplacar a los asesinos.
Antaño, el PNV explotaba esta fórmula en régimen de monopolio. La genialidad de Pachi López ha consistido en usurpársela, dando a Ibarreche toda la cuerda que necesitaba para ahorcarse, presentándose ante la galería como el auténtico nacionalismo moderado y negociando con ETA por encima del gobierno vasco. Así que, mientras tú te desgañitabas invocando la nación española, los socialistas arrasaban en las elecciones de marzo, frente a un tripartito radicalizado y a un PP principista. ¿Quieres saber en qué consiste hoy el nacionalismo moderado? En esas mociones éticas de Mondragón y Hernani que tú y los tuyos os negáis a secundar por repugnancia moral. No te hagas ilusiones. El terrorismo se ha cargado la nación española en el País Vasco y, si me apuras, en media España. Toda una ganga de primavera para quien no tenga tus escrúpulos.
Dicho esto, añado, por si no se nota con suficiente claridad, que ese desastre llamado María San Gil es el único atisbo de esperanza que consigo divisar en el radiante abismo que se abre bajo nuestros pies. O sea, que, como en el barco zozobrante de Péguy, tres hurras por el grumete amotinado.

JON JUARISTI

15 mayo 2008

Despropósitos en La manía

Por todos, éste (p. 208):

"Cuando alguien escribe una frase como esa [se refiere a "Todos podemos ser perseguidos"], sin haber padecido aquella persecución él ni ninguno de sus parientes, se diría que lo único que busca es ser condecorado. En cierto modo recordaba esa declaración a la de esos varones bienintencionados que en su afán de colaboración en la justísima lucha por la despenalización de algunas leyes como la del aborto, sostienen una pancarta frente al consabido ministerio: "Yo también he abortado".

Salvo que haya una ironía que se me escapa (lo dudo), no puedo entender qué condicionantes vitales pueden provocar que alguien tan, tan etc. como A.T. pueda decir esto. Ciertamente es un error pensar que los artistas son o deben ser referentes morales, y por ello resultan especialmente enervantes el caso que se hace a los titiriteros del régimen, o la atención que se presta al último actor que ha decidido hacerse budista.

Sin embargo, con el caso de Trapiello la cuestión es distinta, porque no tiene ningún interés en adoctrinar a nadie ni en ponerse como ejemplo. Y además, especialmente, porque en sus diarios nos abre de par en para las puertas de su vida y de su intimidad, y no tenía por qué hacerlo. Y se da la circunstancia de que en alguien que quiere a su mujer y a sus hijos de esa manera, que disfruta de la amistad, que no se deja llevar por las modas ni el glamour de la izquierda, tan crítico con la subvención y el fatuo halago, y tan honesto a la hora de admirar el arte verdadero, sin engañifas ni tonterías; en alguien con esa admirable capacidad de contemplar la realidad, no se explican frases como ésta.

En lo que a mí respecta, ya digo, voy a seguir leyéndolo y proclamando mi deuda de gratitud con él. Además de por el deleite que proporciona, por una razón más honda: desde que leo sus diarios contemplo la realidad de otra manera y me deleito con escenas cotidianas en las que antes ni tan siquiera reparaba. Y si no me equivoco, sus páginas tampoco son ajenas a las últimas entradas que Arp nos está regalando, contándonos sus recientes aficiones por las flores, los árboles y los pájaros.

Por eso duelen especialmente estos ramalazos de sesentayochismo trasnochado, impropios de alguien en cuya vida hay tanto sentido y tanta coherencia. Puede que vengan de una mala experiencia o de un atavismo incomprensible; o que, definitivamente, su generación sea una generación perdida. Sólo queda pedir y confiar en que algún día se le caigan esas pocas escamas de los ojos que aún le quedan. Ojalá que constate pronto que la armonía de ese mundo que el ama y aprecia viene de Alguien que es todo amor, y que vea que cuando su padre era adorador nocturno o su madre sigue rezando todos los días, no es que fueran – ellos y sus ochenta generaciones anteriores–, unos pobres ignaros supersticiosos a los que compadecer, sino que tenían toda la razón. Que los confusos y equivocados, los que merecen compasión, son precisamente aquellos urbanitas que los desprecian y que se creen, ilusos, que son dueños de su vida, que el hombre es la medida de todas las cosas o, peor, que ellos mismos se bastan para solucionar los problemas del mundo.

Justísima lucha, ¡tócate los c.!.

11 mayo 2008

Más sobre La manía

Estoy terminando La manía. Tiempo habrá para una entrada más detallada al respecto. Baste ahora decir que me está gustando menos que La cosa en sí. Tiene partes magistrales, pero los leitmotiven de ese año son más tediosos, las pendencias ocupan demasiado, y cuenta con un par de despropósitos importantes. Sin embargo, A.T. sigue siendo, de largo, el mejor narrador de nuestros días, y en varias ocasiones pone el nudo en la garganta. Es capaz de sacar lirismo de la escena más cotidiana. Por ejemplo, este homenaje a la asistenta de su casa:

Le dije a A., nuestra vieja asistenta, que despertara a G. Oí que abría la puerta de su habitación y le decía con una ternura indescriptible, casi secreta, sin atreverse a sacarle de los sueños:

–G., ya ha pasado las cabras, las borriquiyas y todo.

Se veía que era una frase, la misma, con la que la despertaban a ella en su pueblo de Córdoba para significar que el sol ya estaba muy alto y que nadie decente podía estar todavía en la cama. Una frase que sin duda la habrá regalado a sus propios hijos, una frase en la que se oyen las cabras, las borriquillas y las primeras moscas del caluroso día. Sirvió de niña a los señores, en la casa que ellos tenían junto a la mina de su propiedad. Dos o tres años después, siendo una muchacha, se la trajeron con ellos a servir a Madrid. Y ha estado en la familia, al principio unas veces con unos, luego con otros, otras con unos y con otros, ya como asistenta, cincuenta años. M. dice siempre: no puedes figurarte lo guapa que era. Y claro que puede uno imaginárselo: por cómo ha despertado hoy a G.

30 abril 2008

Aviso: libro polémico

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Queridos amigos,

Os envío este correo a un grupo seleccionado de amigos a los que considero cercanos personalmente y relevantes prescriptores en eso que llamamos “el mundo católico”. Me permito enviároslo para haceros llegar algunas reflexiones sobre la publicación de “Por qué el Estado sí es el problema”.

Todos conocéis la línea de nuestra editorial. Aún así, creemos que este libro no será bien entendido por parte de nuestros habituales lectores. En él Thomas Woods defiende que la postura propia de un catolicismo ortodoxo y tradicional es afirmar sin reservas el principio de subsidiariedad también en lo económico. Defiende que el Estado moderno es un tremendo aparato que necesariamente, por naturaleza, tiene una tendencia expansiva y totalitaria, que se manifiesta de un modo singular a través de lo económico (en definitiva, lo que recauda es lo que define su tamaño y su poder). De este modo, una economía intervenida es más ineficiente, más injusta y más gravosa para todos, y conlleva además una intromisión que siempre tiene consecuencias en lo moral y en lo cultural, pues la redistribución que hace el Estado nunca está exenta de unos criterios sobre cómo debe ser la sociedad. En definitiva, los criterios de la mentalidad dominante, que anualmente reinventa la sociedad y el tipo de relaciones entre las personas y las familias gracias a los recursos que previamente les ha arrebatado.

La cuestión es que el libro defiende estas tesis, y manifiesta que muchos documentos de la Doctrina Social de Iglesia han formulado juicios erróneos sobre el funcionamiento de la economía. La tesis es que lo auténticamente tradicional en la Iglesia fue la postura de la Escuela de Salamanca, que supuso además la formulación de la economía como ciencia. Para Woods, algunas de las posturas defendidas en ambientes católicos durante el siglo XX no fueron sino la consecuencia de la infiltración en la Iglesia de ideas modernas, historicismo alemán y socialismo, definitivamente abandonadas y corregidas en la Centesimus Annus.

Tanto desde nuestra labor en Ciudadela como en la Fundación Burke, es un tema al que cada día damos más importancia, hasta el punto que no es posible plantear una regeneración de lo social sin cuestionar al tiempo el tamaño de Estado. Como comprenderéis, el hecho de que el libro entre en abierta discusión con algunos documentos de la Iglesia provocará heridas y suspicacias.

Woods no es un autor dudoso. Antes bien, es representante de un catolicismo muy en boga en Estados Unidos, profundamente tradicional en todos los órdenes, (su siguiente libro es una defensa de la misa tradicional y ha sido un crítico constante y público respecto a los obispos americanos que se resistieron o criticaron el Motu Propio). Desde este catolicismo, presente en varios de los nuevos y pujantes colleges católicos, se está defendiendo este planteamiento, reivindicativo, en definitiva, de la libertad económica como requisito necesario para que el Estado se mantenga en su ámbito propio, lo político, y no intente “experimentar” redefiniendo lo social. (Lo que, curiosamente, siempre hace en el mismo sentido, haciendo avanzar agenda progresista, fuertemente laicista y antirreligiosa).

Por otro lado, el libro incluye un prólogo muy ilustrativo del Profesor Juan Velarde.

Sabemos que el libro y la editorial serán criticados. Creemos que el riesgo merece la pena, pues es un debate que hay que poner encima de la mesa. Los católicos también tenemos que reconsiderar lo que significa la aceptación acrítica de la socialdemocracia. Creo que libros rigurosos como este nos ayudan a comprender mejor lo económico y su relación con lo social.

Perdonad la extensión, pero creía importante introduciros en el debate para que este cuente con la mejores “cabezas católicas”, y no lo dejemos a los tópicos pretendidamente piadosos ni a la crítica fácil que nos tachará de “disidentes liberales”.

http://findesemana.libertaddigital.com/articulo.php/1276234581

Un fuerte abrazo

Antonio Arcones

29 abril 2008

Un inédito de Fernando Anaya

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Canción del soldado

Estos dos puntos de sangre sobre la piel marcan el signo de mi suerte.

Desde su cobijo invisible, un aguijón de cabeza triangular se incrustaba fatalmente sobre mi muslo de conquistador.

Hasta entonces, tras el reflejo de esta armadura que aún porto, la tropa había avanzado unida, rompiendo un océano de tentáculos vegetales, muy cerca del rústico venablo que nos lanzaba el nativo.

Algo de profecía guarda el desfallecer en el ecuador del extravío para quien su vida fue un continuo tránsito.

Destilé la grandeza de un imperio con el sudor de mi barbilla. Guardé a los míos del signo grave del rayo y fui voz en la tempestad entonando la oración del pan compartido.

Y ahora, bajo el paladar de este clima inverosímil, me derrumbo en la certeza de haber sido un rodamiento nada más, la prolongación de una derrota que no alcanzó meta alguna.

Sobre mi pierna, dos pupilas de ultratumba me indican el camino del desfiladero.

En el desvarío de la fiebre mortal, creo ver a mi madre, de joven, limpiándome la mordedura.

Un repique de cacatúas celebra mi agonía, este miserere tropical es lo último que escucho.

De rodillas, con el peso de toda la selva sobre mi espalda, tengo la sensación de morir como siempre he vivido: huésped de ninguna parte.

28 abril 2008

42424

Es el número de palíndromos en español que ha recopilado Víctor Carbajo, a quien he conocido a través de Microsiervos. Por supuesto, este número es también un palíndromo. Si os cansáis, siempre está su propia selección personal, con algunos magistrales que eclipsan al celebérrimo "dábale arroz a la zorra el abad".

Yo creía que el español era el rey en estas naderías, y que en francés sólo existía el célebre "L’âme des uns jamais n’use de mal", pero un lector me aguó la fiesta al mostrarme el gran palíndromo de Georges Perec.

24 abril 2008

Caracas

He regresado triste y sin ganas de escribir sobre Caracas, pero los amigos son los amigos.

Está ubicada en un lugar paradisíaco. A pocos kilómetros del mar Caribe pero a mil metros de altitud, en un valle rodeado de montañas de hasta tres mil metros. El marco es precioso y la temperatura es siempre suave y constante. Por la noche refresca. El país es bellísimo y sus mujeres también (no todas están recauchutadas). Es El Dorado: grandes yacimientos de de oro y de diamantes, y sobreabundancia de petróleo, ese oro negro, con el barril por encima de los 100 dólares. Llenar el depósito de gasolina vale ¡un euro! Sin embargo no hay leche en las tiendas, y la inmensa mayoría de la población vive en situación de extrema pobreza. Es además una de las capitales más inseguras de Iberoamérica, con secuestros y asesinatos en el orden del día.

Y para colmo de males, tienen a Chavez. No es posible describir la situación de opresión a que está sometiendo el país. Es marxismo puro cuya mecha ha prendido, como siempre, por las tremendas injusticias existentes. Y también como siempre, el remedio está siendo mucho peor que la enfermedad: más inseguridad, más pobreza, más opresión, hospedando y financiando a las FARC, apoyando el infierno cubano y sometiendo a los venezolanos a un régimen de dictadura intolerable, para exaltación y lucro del dictador. En la televisión, campañas permanentes de agit-prop: locutores encorbatados en el telediario diciendo que Uribe es un corrupto financiado por el narcotráfico y que Bush es un borracho y un asesino peor que Hitler (palabras literales). Chabacano, hortera, cutre, demagógico y tremendamente nocivo.

Como no he estudiado el tema, no encuentro razones convincentes que expliquen el porqué de tanta pobreza de unos muchos y tanta riqueza de otros pocos (uno de mis colegas venezolanos acababa de vender una finca de 70.000 hectáreas). Me parece que la única explicación plausible es la estrictamente antropológica: nuestra condición de pecadores y la prevalencia de la avaricia sobre la justicia.

Con lo que, extrapolando, llegamos a lo de siempre: no sólo de pan vive el hombre... y hacen mal el PP y los tecnócratas creyendo que elevando la riqueza desaparecen los problemas. No. Los problemas estarán ahí hasta el final de los tiempos, porque yo, pese a tener lo mío, codiciaré lo tuyo. La solución, en última instancia, pasa por el amor al prójimo. En fin, un lío.

23 abril 2008

22 abril 2008

La Ginzburg

Decididamente, no soy grafómano. He vuelto de Caracas con cosas que contar, y la verdad es que no me apetece escribirlas. ¿Que por qué entonces este blog? Quizás por un difuso e inaprensible sentido del deber, y desde luego porque estar en la blogosfera, aunque sea con un blog-guadiana como éste, me ha proporcionado varias amistades estupendas y me ha descubierto lecturas imprescindibles. Sin ir más lejos, gracias a E. G-M. descubrí a Trapiello, y gracias a Arp (y al propio A.T., ese otro amigo que la literatura me ha dado), acabo de entrar en el universo Ginzburg.

En el avión de vuelta de Caracas he leído con verdadero placer Las pequeñas virtudes. Es una delicia, literatura de la buena. Ahí van mis impresiones. En primer lugar, es una literatura esencialmente femenina, como lo es la de la propia Flannery O'Connor. Para que luego digan las memeces esas de que el género es una opción. Sólo una mujer percibe la realidad como Ginzburg la percibe y puede escribir como ella escribe, con esa delicadeza, esa intimidad y esa especialísima sensibilidad. No digo que los hombres seamos romos, rudos o torpes, sólo que nuestra aproximación a las cosas es diferente, o al menos a mí me lo parece. En segundo lugar, esta mujer tiene el don de la emoción, y hasta su tristeza es dulce. El relato Invierno en los Abruzos es sencillamente sublime: no se pueden narrar mejor las pequeñas cosas y el amor por la vida cotidiana. Es un Vermeer en texto. Por otra parte, Oficio es una bellísima reflexión sobre la grafomanía, que todos los que escriben deberían paladear. Y finalmente, se nota su ascendencia judía en su sufrimiento latente y en su cosmovisión amarga e inteligente. Aquí encuentro un contraste radical con el catolicismo de Flannery, que jamás habría escrito Silencio. Las dos sufrieron, pero qué diferencia en el modo de afrontar ese sufrimiento: en Flannery hay luz, esperanza y en última instancia sentido. No en vano conoce la redención y el precio que costó. En la Ginzburg hay, o al menos yo veo, un cierto pesimismo antropológico: la vida hay que soportarla de la mejor manera posible.

En todo caso, una lectura sublime. Y una deuda mayor de gratitud con la galaxia-blog.

18 abril 2008

El sentido busca al hombre

Es el sugestivo título de la página web del Instituto John Henry Newman de diálogo entre fe y razón de la Universidad Francisco de Vitoria. En ella se encuentra este magnífico artículo del P. Manuel Carreira SJ sobre la Resurrección.

Imprescindible.

15 abril 2008

PLAs, PLAs

Sigo vivo, aunque liadísimo. Me emociona ver que algunos seguís entrando, y lamento mi silencio. Mañana salgo para Caracas a conferenciar, de donde también espero volver vivo. Mientras tanto, aquí tenéis una entrevista con el genial Pla, a la que hace referencia Trapiello en uno de los últimos tomos de sus diarios (Siete Moderno, si no me equivoco).

Dios os guarde.

04 abril 2008

Siempre d'Ors

El otro día, curioseando por Hiperión, me encuentro con un ejemplar de Hacia otra luz más pura. Lo conocía por su recopilación en 2001, pero no como tal libro. Leyéndolo, descubro poemas que me habían pasado desapercibidos. Entre otros, esta maravilla, que me parece antecente claro del anhelado e inédito Belinha, que el propio d'Ors nos leyó en la UFV y cuya publicación no llega, ¡ay!

ELOGIO DE LA IMPERFECCIÓN

Esa vieja cordura los desprecia.
Tontos, enfermos, locos, raros, poquita cosa:
piezas inacabadas.
.......................PPero a Él le sirven todos,
piedras de su Edificio. Algunas veces
los usa como piedras angulares
–véase el Evangelio– y otras veces con ellos
le hace a la Historia vados, aceras, jardincitos,
poyetes en que toman el sol los jubilados.
Nada se desperdicia. Ninguno queda fuera.

Quién sabe si por ellos, solamente por ellos,
siguen Aldebarán y el Cisne y la Vía Láctea
girando en el silencio de las noches. Quién sabe
si a ésos que tienen pájaros
en la cabeza, a aquéllos que están como una cabra,
a los que oyen campanas y nunca saben dónde,
a los que les han dado calabazas…
Él no los ha elegido como sus proveedores
de materiales para hacer sus primaveras.

03 abril 2008

¡Quién pudiera!

El Tertio millennio seminar on the free society fue fundado en 1992, con el objeto de estudiar la doctrina social católica. Sus promotores son unos absolutos desconocidos: nada menos que Michael Nowak, Rocco Buttiglione, el P. Richard John Neuhaus y un tal George Weigel. También lo promueve el P. Maciej Zieba OP, a quien de verdad no conozco, pero que debe de ser otro crack.

Cada verano reúne a una docena de estudiantes norteamericanos y a una veintena de estudianes de la Europa del este y los pone a dialogar sobre la materia bajo los auspicios de estos titanes. El encuentro se ve enriquecido con visitas a Częstochowa, Auschwitz, y a la tierra de Santa Faustina Kowalska (divina misericordia).

Me temo que no cualifico ni por procedencia, ni por edad, ni por tiempo disponible, pero ¡quién pudiera!

02 abril 2008

Tres años


Hoy se cumplen tres años del tránsito de (San) Juan Pablo II. Esta foto, según me dijeron, apareció inesperadamente al revelar un peregrino un carrete de fotos tomadas al pontífice en una audiencia ordinaria. Se non è vera, è ben trovata. Un buen vídeo recordando su fallecimiento y sus funerales, lo tenéis en esta nueva página religiosa, que promete. El estado de su proceso de beatificación, cómo no, en Zenit.

¡Santo subito!

01 abril 2008

Religión en libertad

Es el título de la nueva web sobre religión que ha visto la luz hace poco. Se hospeda en el portal de Libertaddigital (sobre el que tengo ciertos reparos), pero tiene buena pinta. De momento cuenta con un blog de Monseñor Sebastián, que últimamente está que se sale, y escriben Messori y Weigel.

No son precisamente malas cartas de presentación.

30 marzo 2008

Bruckner, Blomstedt

Anoche, en Ibermúsica, Herbert Blomstedt y la Gustav Mahler Jugendorchester nos regalaron una estupendísima quinta de Bruckner.

Quizás porque la música es la más abstracta de las artes nos dice tanto, nos expresa lo inefable. Eso no sucede con el resto, que necesitan de algo concreto para “apoyarse”. La pintura descansa en el modelo, en los colores y en el lienzo –y cuando es abstracta la pifia, porque acaba desnaturalizándose–; la escultura necesita del material y de la forma; la arquitectura, etc. Incluso la literatura y su forma más alta, la poesía, están atadas a palabras y a conceptos. Cierto es que cuando es buena, toda obra de arte se transfigura y nos dice tanto: nos revela a nosotros mismos y pone de manifiesto nuestra naturaleza espiritual. Vamos, que nos recuerda que no somos lo mismo que la mosca del vinagre. Pero la música es la más privilegiada de las artes para estos menesteres y nos dice todo más directa e intensamente, porque no necesita de soporte. Por eso las páginas más bellas del católico Tolkien son las del Ainulindale, ese génesis musical.

Volviendo a lo de ayer, creo que a esa hora no habría nadie en el mundo más feliz que el octogenario Blomstedt, curtido en mil batallas, dirigiendo a esos casi ciento veinte brillantes jovenzuelos (no creo que ninguno superase la treintena) e interpretando juntos al grandísimo Anton. No había diferencias generacionales: todos eran uno. El final del cuarto movimiento fue intensísimo, Herbert flotaba, bailaba interpretando la partitura y la orquesta le respondía transida no como un conjunto de autómatas, sino como almas en perfecta sintonía con el maestro, sublimados por la potencia creativa y espiritual del genio de Amsfelden. Esa imbricación y esa entrega total al proyecto común de transmitir la belleza y la verdad de esa música tiene un nombre: comunión. Y su esencia no es ajena al concepto religioso de comunión de los santos. Todos estamos misteriosamente unidos en un todo superior que es más que la suma de las partes y que lejos de anular o cosificar a éstas, las hace más plenas.

Como veis, con Bruckner se me va la pinza. ¡Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios todopoderoso!

28 marzo 2008

Más Tristán

En la Metropolitan Ópera de Nueva York se está representando estos días otro Tristán e Isolda, bajo la dirección siempre sabia de James Levine. Inicialmente estaba previsto que Deborah Voigt y Ben Heppner interpretasen a los wagnerianos amantes en todas y cada una de las seis representaciones, pero la enfermedad de uno de ellos lo impidió. La primera vez que canten juntos (ever) será hoy a las 7 p.m. hora de Nueva York, 1 a.m. madrugada española. Se podrá escuchar en directo aquí.

¿Hay algo mejor que hacer una madrugada de viernes que dedicar cinco horitas a disfrutar de esta maravilla?

27 marzo 2008

Imitar a Momsen

Me dice el Dr. Dr. y futuro triDr. Antuñano (como el chiste useño del maitre del restaurante: "are you a real doctor, or just a PhD") que, ante la repetición y continuidad del infame, siente la tentación de imitar a Momsen. Y me adjunta este melancólico poema de Jiménez Lozano:

Sabía Teodoro Momsen dónde vivía Sócrates,
y por Atenas deambulaba cada día,
guiaba a Platón o daba las señas de los baños
a un esclavo que llevaba ungüentos
o una carta de amor, y lilas.
Al acabar la clase quedaba luego ciego
y tenía que ser a su casa conducido;
se perdía por las calles, avezado
a transitar por las de la vieja Atenas.
¿Cómo podría vivir teniendo por vecino
no a Platón o a Sócrates, sino a Guillermo, el Káiser?
Así que se hundió en los libros y no quiso
emerger a la vida, ni recobrar su memoria.

Como para pensárselo. Porque desde luego del Káiser a éste...

26 marzo 2008

Magdi Cristiano Allam

Impresionante testimonio el de su conversión al catolicismo y el de su Bautizo, Confirmación y Primera Comunión en la Vigilia Pascual celebrada por B XVI (por cierto, ¡qué homilía!). Impresionante su valentía al hacer público su abrazo a la fe de Cristo, con la que le va a caer encima. Impresionante la manifestación de su fe en la carta que dirige al director del Corriere della Sera, narrando su conversión. E impresionante también su libro recientemente publicado en España Vencer el miedo. Mi vida contra el terrorismo islámico y la inconsciencia de Occidente, que podéis encontrar aquí.

Por cierto, el 9 de abril estará en Madrid para presentar este libro. Por razones de seguridad no se sabe todavía ni el lugar ni la hora. Seguiremos informando.

24 marzo 2008

Et resurrexit

Feliz Pascua de Resurrección para todos, una vez más con Bach. En Semana Santa he estado de misiones en Villar de Olalla (Cuenca). No he podido leer una página ni alimentar el blog, pero ha sido una experiencia inolvidable y muy formativa, sobre todo para los niños. Por mi parte, todavía tengo que procesarla para ver si es o no lo mío.

Ya de vuelta, el mejor regalo de Pascua me lo acaba de hacer Anónimo en mi entrada anterior. Nada menos que una entrevista con A.T. en su casa de Conde de Xiquena 7. Una joya. Mil gracias, querido lector/a.

17 marzo 2008

Andrés Trapiello: La manía

El chivatazo lo dio Arp el sábado, y he pasado el fin de semana sin vivir en mí. Esta mañana he corrido raudo a Hiperión, y no había llegado todavía. A mediodía me he acercado a La Casa del Libro, y tampoco. Con el mono disparado, he cruzado a la librería del Círculo de Bellas Artes y, ¡eureka!, ya es mío. Menos mal.

Mi Semana Santa va a ser muy apostólica y no sé si sacaré tiempo para leerlo con calma, pero tengo verdadero interés en ver si confirma una tesis que vengo rumiando desde hace unas semanas. De momento, la formulo como simple hipótesis. Hasta ahora he leído los dos primeros tomos, El gato encerrado y Locuras sin fundamento, y los tres últimos, Siete Moderno, El jardín de la pólvora y La cosa en sí. La tesis es ésta: son todos estupendos pero en las últimas páginas de Siete Moderno tiene lugar un punto de inflexión: el paso de una literatura muy buena a algo más, a una obra maestra. Ese salto se confirma en los dos tomos siguientes, donde mengua lo que menos (me) interesa de sus diarios: las pendencias literarias, si han leído o no su obra los que le invitan a dar conferencias, la mala uva al describir personajes, el resentimiento con todo lo que tenga que ver con la religión; y crecen su sentido del humor, su lirismo y su humanidad. Hay en ellos más gusto, más ternura, más agudeza, menos bilis. Es como cuando un torero "se rompe" al torear. O como lo que cuenta su admirado Ramón Gaya en Velázquez pájaro solitario del genial pintor en comparación con otros simplemente buenos pintores: no es un artista, es un creador.

Igual esta tesis es en sí misma una locura sin fundamento y carece de la más mínima base, pero después de unos cuantos miles de páginas leídas, creo haberla percibido con claridad. ¿La causa esta eclosión? Me la guardo para después de haber leído esta Manía, en la que tengo puestas las mejores esperanzas.

14 marzo 2008

El secreto masónico desvelado



A los que os interesara el jugoso debate entre Ullate, Saki y otros sobre la masonería, os interesará también esta entrevista al primero de ellos.

10 marzo 2008

Citas

"Para muchos cristianos, la desesperanza es una verdadera tentación, una auténtica amenaza. Es cierto que hay muchas dificultades, en la Iglesia y en el mundo. Es cierto que la Iglesia y los cristianos hemos perdido mucha influencia en la sociedad y tenemos que afrontar duras situaciones de empobrecimiento. Pero también es cierto que Dios nos ama irrevocablemente; que Jesús nos ha prometido su presencia y su asistencia hasta el fin del mundo; que Dios, en su providencia, de los males saca bienes para sus hijos. La Iglesia y la salvación del mundo no son obra nuestra, sino empresa de Dios. No es el momento de mirar atrás añorando tiempos aparente o realmente más fáciles y más fecundos. No hay fecundidad sin sufrimiento. Dios nos llama a la humildad y a la confianza, seguros de que en nuestra debilidad actual se manifestará el poder de su gracia y de su misericordia. En la providencia misericordiosa de Dios nuestro Padre, las dificultades contribuyen también al bien de sus hijos: nos purifican, nos mueven al arrepentimiento y a la renovación espiritual. La cruz es el camino para la Vida. A nosotros toca secundar con humildad y fortaleza los planes de Dios y saber apreciar las nuevas iniciativas que surgen en la Iglesia como frutos del Espíritu y motivos para la esperanza. La Iglesia no pone nunca su esperanza ni encuentra su apoyo en ninguna institución temporal, pues sería poner en duda el señorío de Jesucristo, su único Señor".

Urge releer esta Instrucción pastoral.

02 marzo 2008

40 (I)

A los cuarenta años Djuna Barnes,
harta de todo tipo
de excesos, se encerró
en su pequeño apartamento y nunca
más se movió de allí durante otras
cuatro décadas.
A los cuarenta años Marco Polo
volvió de su aventura por Oriente.
Le quedaba anotar
pacientemente tantos exotismos:
todas las maravillas en un libro.
A los cuarenta años Elio Adriano
después de sus estudios
de latín y de griego
y de haber recorrido
etapa por etapa
la formación completa de un romano,
consideró que estaba preparado
ya para gobernar.

J.A. González-Iglesias

40 (II)

¿Y yo qué?

Desde luego, crisis ninguna. Por la mañana trataba de quitarle importancia y la misma Carmen me recordaba la respuesta de Borges cuando, con ocasión del fallecimiento de su madre a los 99 años, alguien se lamentó de que la longeva mujer no hubiera llegado a los 100. "Exagera usted las virtudes del sistema métrico decimal" le espetó el genio quien, pese a estar deshecho, era incapaz de desaprovechar una oportunidad para la ironía (poco después compondría en su dolor Heráclito, uno de sus más bellos poemas). Así pues, lo primero que me dije es que dan igual 40 que 39 ó que 41. Pero no. No es necesario ser cabalístico, milenarista o esotérico para saber que los números redondos tienen una evocación especial. Ahí está, sin ir más lejos, el gran jubileo del año 2000 que promovió (San) Juan Pablo II, con sus magníficas Tertio millennio adveniente y Novo millennio ineunte. Duc in altum!.

Con cuarenta años cumplidos ya sabe uno ciertas cosas. La primera, que no hay más cera que la que arde: no voy a dejar ni grandes, ni tan siquiera modestas contribuciones para la posteridad. Obviamente no en el campo de las artes, para las que soy negado, ya me gustaría. Pero tampoco en el mundo del Derecho, para el que hace algunos lustros quizás apuntaba maneras. Ahora me dedico con pasión a la abogacía pura, que ayuda a solucionar problemas, es intelectualmente estimulante y, no nos engañemos, sirve para llevar los garbanzos a casa. Pero la investigación jurídica cada día me aburre más. Quizás termine preparando la cátedra y saque un par de trabajitos más, pero no creo que vaya a ir mucho más allá. Si vuelvo al estudio serio, será de filosofía y, Dios lo quiera, de teología. Eso sí que me tira.

Lo segundo que sé, mucho más importante que lo anterior, es percibir con claridad la presencia casi tangible de la providencia amorosa de Dios en mi vida durante estos cuarenta años. Primero, por haberme hecho nacer en una familia estupenda. Después, por haber puesto en mi vida a Carmen, cuya bondad nos hace a todos los que estamos a su alrededor mejores que nosotros mismos. Y, ya juntos, por haber encontrado a Cristo en nuestro camino, quien nos ha bendecido con seis hijos maravillosos. Decía Guardini que el cristianismo es la religión más materialista que existe, puesto que predica la locura de un Dios encarnado. No es de extrañar por tanto que ese mismo Dios se nos muestre también encarnadamente en otros. En nuestro caso, en personas buenas, cercanas y cordiales, a través del Movimiento Regnum Christi, nuestro lugar en la Iglesia. En gratitud por ello tengo que vivir la vida en clave de misión, con toda modestia, pero con la consciencia del privilegio del don que me ha sido dado, y que no me ha sido dado para mí ni para mi solaz, sino para darlo a otros, a mis prójimos próximos. Contemplata aliis tradere.

Finalmente, la tercera cosa que me viene este día a la cabeza es que me lo paso pipa, que es una manera de decir sin rubor que soy muy feliz. Desde luego, por la cercanía de Dios, de mi familia y de mis amigos. Pero también por esos momentos insustituibles de soledad, con un buen libro o escuchando buena música. Una vez más parafraseando a JLB, que otros se jacten de lo que les ha sido dado escribir o componer, yo me jacto de lo que me ha sido dado leer y escuchar.

Así pues, también encarnadamente, en Carmen, en nuestra familia y en nuestros amigos, doy gracias por estas cuatro décadas al buen Dios, Señor de la Historia y Señor de mi historia.

40 (III)

V.T.R.

Madrid, 2 de Marzo de 2008

Muy querido Dal:

A mí personalmente una de las cosas que me más me llama la atención en la vida de Cristo es la brevedad de su estancia entre los hombres, aproximadamente treinta y tres años, y además gran parte de su vida transcurrió en el silencio y en la oscuridad, pues apenas sabemos nada de ella. Y precisamente de ahí me surge la pregunta sobre qué sentido tiene la vida, cuando el mismo Dios quiso que la suya fuera tan corta. La verdad es que resulta difícil comprenderlo, pero se intuye sin embargo que la vida humana para Dios viene a ser simplemente un pequeño tiempo del que disponemos para hacer una gran opción dado que ha querido poner en manos de nuestra libertad elegirle a Él o rechazarle.

Por ello, al enviarte esta cordial felicitación con ocasión de tu cumpleaños (no importa los años que cumplas) quisiera invitarte en primer lugar a dar gracias a Dios por el don de la vida, porque eres un privilegiado, entre tantos seres posibles, gracias al amor que Dios te tiene y te ofrece; y en segundo lugar a vivir esta vida apasionadamente disfrutando sanamente de todo lo que el mismo Dios te ha puesto a tu servicio para hacerla más confortable y feliz.

Leí hace muchos años un hermoso libro cuyo título era: “La vida merece vivirse”. Parece un título repetitivo y, sin embargo, no es así porque muchos son vividos por la vida. Apenas tienen tiempo para pensar, reflexionar, cambiar, mejorar, rectificar, ponerse metas interesantes. Son vividos por la prisa, el trabajo, las preocupaciones, el estrés, el materialismo, que engendran pesimismo, ira, tensión, frustración. No. La vida hay que vivirla, y uno es realmente el protagonista de la propia vida. Es cada uno el que debe ponerse metas a cumplir: es uno el que debe tener un proyecto de la propia vida que abarque todo (Dios, familia, salud, trabajo, prójimo); es uno el que debe saber contemplar el entorno para no encerrarse en sí mismo y comprender toda la capacidad que tiene de hacer el bien a tantas personas necesitadas espiritual y materialmente.

En esta línea un nuevo cumpleaños que nos conduce irremisiblemente a la realidad de que ya hemos transcurrido al menos una parte de nuestra vida se convierte en una hermosa posibilidad de querer vivir una existencia más plena en torno a tres polos fundamentales: Dios, sin el cual no somos ni podemos nada; los demás que se han convertido en una de las claves de nuestra felicidad (“hay mayor felicidad en dar que en recibir”) y entre ellos en primer lugar nuestra familia, nuestro hogar, nuestro matrimonio para quienes estáis casados; y finalmente nosotros mismos, pero no en sentido egoísta, sino en la línea de un auténtico amor a nuestro verdadero bien que se fragua en el crecimiento personal y espiritual, en el desarrollo de nuestros talentos y en el cuidado de nuestro cuerpo, compañero inseparable del alma en esta vida y ayuda imprescindible de ella.

Te tendré muy presente en la Celebración Eucarística del día de tu cumpleaños y le pediré al Señor que te regale aquella sabiduría que le pedía el rey Salomón a Dios como base y fundamento de todos los bienes de esta vida: sabiduría para saber vivir.

Un fuerte abrazo,

Juan J. Ferrán F., L.C.

29 febrero 2008

¿No quieres caldo?

¿Que quería usted ignorar las elecciones? Pues para se entere, ha sido usted nombrado vocal segundo de mesa. Preséntese a las 8.00 h. en el colegio electoral y pringue todo el día hasta las 20.00 h. punteando (con n) a los ciudadanos (aaagh) que ejercen su derecho al voto. Luego recuente usted, levante acta y llegue rendido a su casa a medianoche. Pero no se me queje por haberse perdido un precioso día de domingo junto a su familia, más bien alegrése de haber participado activamente en la fiesta de la democracia. ¡Qué horror!

Como picapleitos que es uno, lo primero que se le ha ocurrido es buscarle las vueltas a la Ley Orgánica del Régimen Electoral General y a su normativa de desarrollo y tratar de encontrar un resquicio para el escaqueo. Pero luego he pensado que, de tener éxito, le jorobaría el día de modo injustificado al pobre vocal primero suplente; y también que no está de más practicar la abnegación cuaresmal. Así que no por deber de ciudadano (aaagh), sino por tratar de poner en práctica el evangelio de hoy, he decidido que allá que voy, a disfrutar de la belleza de la fiesta etc.

Borges se referiría a la magnífica ironía de Dios, y d'Ors a una de esas bromas de la divina providencia. Uno, menos dotado para la literatura y más pecador que ambos, sólo puede recordar el refrán: ¿No quieres caldo?, pues toma tres tazas.

26 febrero 2008

Rubik's cube





Record del mundo en 9,18 seg.

22 febrero 2008

Campaña electoral

Por razones de mera profilaxis he hecho firme propósito de ignorarla, pero activamente. Me dispongo a evitar toda información, a esquivar todo mensaje y a declinar cualquier conversación al respecto.

Además, estoy descontando ya que repite el infame. Así, si pasa, lo tendré mínimamente somatizado. Y si pierde, alegría novísima.

De otra forma no podría soportarlo.

Mala conciencia

¡Qué mal se siente uno cuando lleva varios días sin hacer entradas en su blog! Aunque el sabio Arp dice que no debe ser motivo de preocupación, que los amigos que entren se vayan de vacío le llena a uno de pesadumbre.

15 febrero 2008

B XVI y el infierno

El verdadero diálogo del Papa con los párrocos y el clero de Roma lo podéis encontrar, cómo no, en Zenit. No tiene desperdicio y el bueno de Von Balthazar, desde el cielo, lo habrá disfrutado.

08 febrero 2008

Von Balthazar redivivo

Por obra y gracia de El País de hoy que, sin embargo, le ha "degradado" de cardenal a párroco. Por si retiran la noticia, cito literalmente:

"El papa Benedicto XVI ha asegurado que el infierno existe y no está vacío. Lo ha anunciado durante el encuentro, que ha mantenido con los párrocos romanos, con motivo del inicio de la Cuaresma ... Uno de los párrocos asistentes, el teólogo suizo Urs Von Baltasar [sic] que es buen amigo de Benedicto XVI, planteó la hipótesis de que el infierno estuviese vacío. Pero el Papa fue categórico en su respuesta sobre el castigo eterno, "el infierno existe".

¡Menuda exclusiva!

[Por supuesto, mi comentario poniendo de manfiesto que D. Hans Urs murió en 1988 ha sido censurado. No vaya a ser que la verdad les estropee una buena noticia.]

30 enero 2008

Quintaesencia del personaje

ZP, sobre los 400 euros, en TVE:


"Es un compromiso, no una promesa."


[Nótese el valor que él mismo da a su propia palabra]



27 enero 2008

Expiación

Carmen y yo fuimos a verla ayer al cine y nos encantó. Es una película de Joe Wright, un joven director inglés nacido en 1972, un año antes que Florian Henckel von Donnersmarck, director de la espléndida
La vida de los otros. Gracias a ambos uno ha recobrado la esperanza en el cine europeo.

Tiene la cuidada puesta en escena de las buenas películas inglesas, con una parte deliciosa en la campiña inglesa y un duro e impecable reflejo de la dureza de la guerra, con el relato de la derrota británica en Dunkerque y de los bombardeos de Londres. Las interpretaciones son muy buenas: Keira Knightley –el saco de huesos más atractivo de los últimos tiempos– y James McAvoy componen una pareja muy creíble de enamorados marcados por la tragedia (aunque sobran la carrerita detrás del autobús en el Londres bombardeado y algún plano de la escena final de la playa, muy dabadabadá). Y están espléndidas la niña Saoirse Ronan, Harriet Walter y, en su breve presencia, Vanessa Redrgrave, las tres actrices (¡qué gran parecido entre ellas!) que dan vida a Briony Tallis, personaje central de la película, en diversas etapas de su vida.

Mención aparte merece la banda sonora, la mejor que recuerdo en muchos años. Compuesta por Dario Marianelli, tiene un protagonismo inusual en estos días. Tiene partes de cello y violín que ya quisieran los compositores “serios” de música de cámara de hoy. Y especialmente afortunado es el juego que hace con la percusión, con el tecleteo in crescendo de la máquina de escribir mezclado con el piano, que refleja el aumento de las pulsaciones del fantasioso corazón de Briony cuando descubre lo que ella cree que es lo que no es. Un corte de esto que os cuento se puede escuchar en la página web del film.

La trama no la destripo, pero trata del profundo pesar que marca la vida de Briony, por una actuación suya cuando era niña que tuvo funestas consecuencias. Tiene mucha miga, así que a ver si saco tiempo y hago otra entrada con mis reflexiones al respecto.

23 enero 2008

¿Arte contemporáneo?

Acabo de leer un libro altamente recomendable. Se trata de Los ocho pecados capitales del arte contemporáneo, del periodista y escritor José Javier Esparza. El libro llegó a mí, una vez más, gracias al Criteria Club de Lectores del eficiente Antonio Arcones.

Esparza constata cómo hoy en día, cuando cualquier persona –ilustrada o no– contempla una obra de arte, no sabe lo que el artista le quiere decir. Sostiene Esparza que el arte occidental contemporáneo está aquejado de, al menos, ocho graves problemas, cuales son: la búsqueda obsesiva de la novedad; la desaparición de significados inteligibles; la transversalidad de los soportes; la consagración de lo efímero; la vocación nihilista de la cultura contemporánea; la sintonía con un poder concebido como subversión; el naufragio de la subjetividad del artista; y la obliteración absoluta de la pregunta por la belleza.

Por el enunciado de estos “pecados” podría pensarse que estamos ante un ladrillo. Nada de eso. Se trata de un libro claro y didáctico que, pese a tratar materias complejas, se lee de un tirón. Supongo que habrá tratados más sesudos que sean más apropiados para los que tengan interés específico en esta materia, pero este opúsculo es más que suficiente para la gran mayoría de nosotros, que asistimos atónitos ante el lamentable espectáculo de un arte que ha perdido el sentido y la inteligibilidad.

Un libro que debería ser de lectura obligada en todas las universidades, y no sólo en las facultades de Bellas Artes.

22 enero 2008

Náusea

El País 22.01.08

19 enero 2008

Emocionante Tristán


A ver por dónde empiezo. No tengo ni idea de música ni toco instrumento alguno. Ignoro con perfección qué es una fusa y su diferencia con una semifusa, y de las clave de sol sólo sé que se semejan a los flamencos, como recuerda d’Ors. Sin embargo, me encanta la música, ninguna otra de las bellas artes me dice tanto. Mis padres me llevaban al Teatro Real cuando aún era sala de conciertos y con 16 años me regalaron un abono para la temporada de ópera de La Zarzuela, donde iba con mi amigo Pedro. Ahora oigo música todos los días, con mayor o menor atención, y tengo una deuda perpetua de gratitud con Steve Jobs, porque mi discoteca me acompaña siempre, metida en un i-Pod, multum in parvo.

Como os decía, el jueves fui al Real, a ver Tristán e Isolda. A las óperas de Wagner hay que ir descansado y sin prisas. Una vez en ellas, es menester no impacientarse, no pensar en cuánto tiempo ha pasado o en cuánto queda. Y uno debe poner de su parte, y tratar de estar, en la medida de lo posible, siempre conectado. No cabe un disfrute meramente pasivo de Wagner (cosa que quizás sea dable en óperas de Mozart o de los italianos). Aquí la concentración es indispensable. Hay que disfrutar de la orquesta, admirar su perfecto ensamblaje con las voces, cómo se encarga de destacar la carga dramática o lírica de cada una de las escenas, y cómo caracteriza las diversas pasiones de los personajes. Hay que admirar la potencia, la hondura y la delicadeza de las voces, y no hay que perder de vista las letras (hoy en todos los teatros las “subtitulan”). La cosa es relativamente fácil con El holandés, Tanhäuser o Lohengrin, pero requiere cierto entrenamiento previo con el monumental Anillo (hay una excelente conferencia de Deryck Cooke que ayuda mucho). Todas esas fases las tengo ya asimiladas.

Tristán es un paso adelante. En las casi cinco horas que dura no hay más que dos personajes principales, dos secundarios y algún otro con una intervención mínima. No hay coros, la trama argumental es sencillísima y casi no hay acción. Vamos, que se entiende que no a todo el mundo le guste, y que pueda hacerse larga y hasta pesada. Ahora, si uno tiene la gracia de haberse iniciado en el mundo wagneriano, es apoteósica. No recuerdo un grado de conmoción estética semejante al vivido el jueves al terminar el segundo acto. ¡Qué maravilla!. Los dúos de los amantes, la culpa por la traición de Tristán, el dolorido sentir del rey Marke, la orquesta. El libreto (como todos, del propio Wagner) tiene esa característica de la poesía romántica alemana, en la que poesía, filosofía y romanticisimo son casi la misma cosa.

La representación estuvo muy bien. La orquesta, sabiamente dirigida por López Cobos, sobresaliente. La puesta en escena, desigual. Situó cada acto en una época diferente. El primero (en el barco), medieval, acorde con el texto, y convincente. El segundo, decimonónico. Aunque el pobre Tristán parecía un botones de hotel, con mucha hombrera y botón dorado, en conjunto fue sobresaliente, con un jardín precioso y un movimiento onírico. Sin embargo, el tercero fue deplorable. Se ambientó en un hospital de campaña de una guerrilla bananera, y nos presentó a Tristán en traje de camuflaje. Como Pierre Menard y el resto de hombres de buen gusto, abominé de ese carnaval inútil que buscaba el plebeyo placer del anacronismo y el inevitable guiño a la modernidad. Entre los cantantes, destacó como siempre West, y Rene Pape se marcó un Marke para el recuerdo. Jeanne-Michèle Charbonnet compuso una Isolda digna, pero eché de menos ¡ay! a Waltraud. A ver si consigo colarme en otra representación en la que cante ella.

En definitiva, máxima emoción para una noche memorable.

17 enero 2008

Tristán e Isolda

Llevo un par de semanas sin vivir en mí, y hoy es el gran día. Esta tarde, a las 19.00 (D.m.) me enfrentaré por primera vez a Tristán e Isolda en vivo. El Anillo es una de mis pasiones, pero hasta ahora no había entrado en Tristán que, como Parsifal, impone respeto. Ardo en deseos. López Cobos es buen bruckneriano, así que dirigirá bien a Wagner. La pena es que en la representación de mi abono no canta Waltraud Meier. La gran alegría, que me reencuentro con Jon Fredric West.

13 enero 2008

Mejor la otra

Sobre la nueva letra del himno se ha dicho ya casi todo. Dos opiniones de buenos amigos aquí y aquí. Y el artículo de hoy de Juaristi, tan certero como de costumbre, aquí.

Para eso, mejor la letra a que me refería el verano pasado:

1
¡Viva España,
Patria de Malasaña
Y de Hernán Cortés,
Que el orbe vio a sus pies!
Todos a coro
Gritad: ¡Leña al moro,
Caiga el luterano
Y húndase el francés!

2
Tiemble el mundo:
Ya Felipe Segundo
Desde el Escorial
Nos manda la señal:
¡Guerra incesante
Contra el protestante
Y colleja y media
Para Portugal!

3
Sin empacho
Linchemos al gabacho
Que la Patria holló:
Au français pas de l'eau
Y que disfrutes
Colgando franchutes
De Despeñaperros
Hasta Mataró.

4
Ruge altivo
Desde el solar nativo
Con resolución,
Ibérico león:
Cunda ya el pánico
En el pecho británico.
¡Nuestras son las monas,
Nuestro es el Peñón!

5
En Lepanto
Del Turco fue el espanto
Nuestro pabellón.
Démosle otra lección:
Abre tu surco
Y entierra allí al Turco
Antes de que vuelva
A armar el follón.

6
En Otumba,
Donde cavó su tumba
El azteca atroz,
Propínale otra coz.
Zúmbale al Inca
Porque no la hinca
Y que el filipino
Te sirva el arroz.

7
No refrenes
Tu afán de armar belenes
Allí donde estés,
Combate así el estrés.
¡Gloria a tu cepa
Y viva la Pepa
Y que viva España,
Qué bonita es!

10 enero 2008

Citas

Hablaba ayer Arp sobre Platón, sus peligros y la belleza de su prosa. También tiene intuiciones magistrales. Mirad qué cita del Fedón, escrita unos 350 años antes de Cristo, casi anhelando su venida:

“Me parece a mí, oh Sócrates, y quizá también a ti, que la verdad segura en estas cosas no se puede alcanzar de ningún modo en la vida presente, o al menos con grandísimas dificultades. Pero pienso que es una vileza no estudiar con todo respeto las cosas que se han dicho al respecto, o dejar las investigaciones antes de haberlo examinado todo. Porque en estas cosas, una de dos: o llegar a conocerlas, o, si esto no se consigue, agarrarse al mejor y más seguro de los argumentos humanos y con éste, como en una barca, intentar la travesía del piélago. A menos que no se pueda con más comodidad y menor peligro hacer el paso con transporte más sólido, es decir, con la ayuda de la palabra revelada del dios”.

03 enero 2008

Lisboa (II)

Ayer, después de un tardío despertar y un parsimonioso desayuno, dimos un largo paseo por Baixa y por Castelo. Las distancias son cortas, pero los desniveles son tales que ciertamente hace uno ejercicio. Algunas calles, por coloreadas y empinadas (Alfama) recuerdan a Cuenca. Otras a Cádiz. Otras a la Habana, donde nunca he estado.

Los escaparates, los rótulos y los propios comercios parecen de otra época.

 
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Una peluquería de caballeros de las de toda la vida, de las que en Madrid cada vez quedan menos, sin fotos de efebos estrafalarios, con peluqueros veteranos, sin tonterías.

 
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Aquí una sombrerería:

 
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Y este rótulo sin igual:

 


Más allá una tienda de velas, droguerías por doquier, rótulos y fotografías de una ranciedad envidiable, sin complejos, sin ínfulas de modernidad. No se adivinan las prisas madrileñas; el tiempo parece detenido hace cincuenta años. Como dice Trapiello, es una ciudad de provincias, pero en absoluto una ciudad provinciana. Aquí París en Lisboa, la tienda de confecciones que cita en sus diarios:

 
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Y mirad qué tienda de licores al lado de un estanco:

 
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Capítulo aparte merecen las liberías. Nunca en mi vida había visto tal número de ellas en un área tan relativamente pequeña. De nuevo y de viejo, de libros antiguos y de libros de ocasión. En dos kilómetros cuadrados debimos de ver más de diez.

En fin, un viaje precioso.

02 enero 2008

Lisboa

Carmen y yo nos hemos escapado un par de días a Lisboa, para descansar un poco y planificar el año entrante. Aunque había venido otras veces por razones laborales, nunca había tenido dos días netos para patearla. Venía con los deberes hechos: Pessoa releído y Trapiello revisitado. En El jardín de la pólvora dedica quince páginas memorables a esta ciudad (pp. 314 ss.): desde su visita al Gulbelkian, hasta una excursión por los alrededores con Amadeo, un conductor de ocasión, pasando por una desternillante cena en un restaurante de fados, y por visitas a libreros de viejo.

El hotel Bairro Alto, en el que estamos, es muy recomendable, sobre todo por su situación, entre Chiado y Bairro Alto, puritito downtown. Ayer, cuando llegamos, paseíto y posterior almuerzo en Casa da Comida, un clásico. Luego un largo paseo por Rossío, Baixa y alrededores del hotel. Llovió intermitente pero copiosamente, y tuvimos que hacer varias paradas.

Lisboa es preciosa, con sus colores pastel, su clima suave, su gente amable y sus edificios llenos de desconchones. Todo elegancia y saber estar. Como Roma, es de las ciudades que no se dan importancia, que están de vuelta de todo, que no tienen que demostrar nada a nadie, desengañadas pero también hospitalarias y alegres, donde uno siempre está como en casa. Qué diferencia con París, tan altanera, tan cartesiana, tan engolada y tan pagada de sí misma (excepción hecha del Marais y de algún que otro rincón).

Rematamos el día cenando en el Clube de Fado, prestigioso local de ídems en Alfama, detrás de la Catedral. La estrella era el guitarrista Màrio Pacheco, un virtuoso de la guitarra portuguesa, parecida al laúd, con doce cuerdas. Le acompañaban una guitarra española y un contrabajo. Actuaron cuatro cantantes diferentes, todos ellos buenísimos. La dinámica era muy agradable: entraban los músicos y uno de los cantantes mientras se cenaba, todos parábamos, cantaban tres fados, salían, y seguíamos cenando. Así, hasta seis entradas. El fado es muy nostálgico, unas veces solemne, otras melancólico, otras verdaderamente alegre, siempre propio de una ciudad abierta a ultramar. Nos gustó mucho.

Tengo la lusofilia disparada.

...como una manta de ternura gaseosa

UN MINUTO DE TEOZOOLOGÍA
(Navidad)

A D. Joaquín Antonio Peñalosa,
ahora más vivo. Ora pro nobis.


El Ángel del Señor le interrumpió a María
la costura rezada, y en nombre de Dios Hijo
solicitó su ayuda para la Redención.
Ella dijo “Sí, quiero” (como se ve en Fra Angelico)
y aquel sí de la niña inauguraba el Cielo.

Pero también José –un alma de agua fresca
oculta tras los callos y los golpes de escoplo–
tuvo su parte en esto. ¿Qué hubiera sucedido
si, atontado y confuso como estaba, no hubiera
preferido la voz de un ángel –¡y soñado!–
a la experiencia, el buen sentido, etcétera,
como todos nosotros?
Dios no hubiera nacido
en el establo. Punto.
Pero, con mi respeto
para la Teología, aquí no acaba todo;
aquí falta un minuto de lo que se debiera,
con todo mi respeto, llamar Teozoología.

Sí, que al buey y a la mula que allí estaban, oscuros,
alguien debió de darles también algún aviso,
pues ya veis –caso raro de veras– que, en lugar
de alborotarse trompicando en la penumbra,
todo pezuñas, costaladas y bufidos,
ante aquella invasión de su tibio descanso,
se quedaron echados, rindieron los testuces
y con algo que era casi amor, enfocaron
el vaho de sus morros hacia aquel puñadito
de carne sonrosada y llorona.
Si pienso
qué hubiera sucedido si a Dios aquella noche
le faltara aquel aliento, que fue como una manta
de ternura gaseosa; lo distinta que pudo
haber sido la vida de los hombres,
concluyo
que la mula y el buey –benditos para siempre
ellos y sus estirpes–, a su modo, sabían
lo que estaban haciendo. Lo que estaba naciendo.


Miguel d’Ors. Sol de noviembre

30 diciembre 2007

Progres

"La amistad no es menos misteriosa que el amor, o que cualquiera de las otras faces de esta confusión que es la vida", decía mi admirado JLB.

Mirad qué artículo de mi amigo Enrique.

25 diciembre 2007

¡Oooo-le-ga-rio!

Pedazo de artículo el suyo en el ABC, sobre la debilidad de Dios. Por si lo quitan lo transcribo más abajo. Feliz Navidad.

La debilidad de Dios
OLEGARIO GONZÁLEZ DE CARDEDAL
ENTRE las páginas autobiográficas de Nietzsche hay una en la que recuerda lo que era para él la fiesta de Navidad: «Qué espléndido se yergue ante nosotros el abeto, cuya copa decora un ángel, aludiendo al árbol genealógico de Cristo, y cuya corona es el mismo Señor. Qué luminosas brillan las numerosas luces, representando simbólicamente la claridad que ha engendrado en el mundo el nacimiento de Cristo entre los hombres. Y a la raíz del árbol el niño Jesús en la cuna, rodeado por José y María y los pastores que vienen a adorarlo». Esa página queda como un aerolito de la ilusión juvenil; nunca jamás volvió a escribir la palabra Navidad.
¿Tiene sentido hablar de la alegría de estos días y desearnos felicidad sin algo que la fundamente y nos permita obsequiarnos unos a otros, porque un don supremo nos ha agraciado a todos? ¿Es posible celebrar la Navidad en tiempos de increencia y desacato? El silencio de Nietzsche es el anticipo de una extraña tristeza que embarga a muchos en los días navideños. No se atreven a alegrarse. Son demasiado rigurosos y sensatos como para sucumbir a la magia o al folclore, al comercio que todo lo inunda o a la nostalgia de una infancia lejana. Navidad, o debe ser olvidada como una pesadilla o celebrada con aquella lucidez del corazón que se abre a la anchura de todo lo posible y llega hasta donde se extiende la esperanza infinita del hombre.
Tiene capacidad de ahuyentar la tristeza en Navidad quien sea capaz de ir a Belén, lugar concreto de la historia concreta, y a aquella fecha concreta, en la que Dios en Jesús se hizo hermano de los hombres y compañero de camino. El mismo Nietzsche se preguntaba si no era posible transvalorar la Navidad como fiesta del nacimiento, de la infancia, de la maternidad, del calor del hogar. Y se respondía que tales realidades son bellas por sí mismas, merecen el canto y el encanto de todo lo que surge, pero no permiten la alegría absoluta a quien las sabe heridas por el dardo de la muerte y con ella de la melancolía insuperable. ¡Y le hubieran parecido macabras, por ingenuas o insolentes, esas frases de ciertos cristianos que, olvidadizos del misterio que los funda, lo trivializan proclamando que siempre que se enciende una luz, nace un niño o se abre una puerta al hermano, es Navidad!
La cuestión no es saber qué hacemos los hombres en Navidad sino si Dios ha hecho algo por nosotros en una historia que merezca la pena y el gozo recordar, actualizar, cantar y comunicar a los demás. Se celebran los hechos faustos en los que la vida ha dado comienzo, la verdad se ha manifestado salvadora, se ha abierto el horizonte de una esperanza absoluta, se ha vencido el imperio de la muerte y se ha extendido el de la vida. Los cristianos afirman que esto ha tenido lugar en Cristo. Su nacimiento es el hecho histórico por el que el Hijo eterno de Dios, y Dios con él, se encarnó llegando a ser tiempo el que era eterno y a tomar carne de muerte el que era Espíritu y Vida en plenitud. La historia de uno de nosotros era a la vez historia de Dios.
Cuando Hegel en el prólogo de la Fenomenología del espíritu, cuyo centenario celebramos, habla de la «muerte de Dios» no lo hace a la ligera, con una fácil metáfora o por descuido verbal. Él, superando la Ilustración en la medida en que esta había situado la religión como un estrato de la moral y el cristianismo en el orden del positivismo legal, tuvo el coraje de pensar la historia y Dios al mismo tiempo, nuestro destino y el destino de Dios inseparablemente unidos. Más cristianamente que muchos teólogos habló de la historia, del nacimiento, de la conciencia, de la pasión y de la muerte de Dios. Sabía que con ello estaba recogiendo afirmaciones bíblicas fundantes del cristianismo. Para San Pablo, el que existía en condición divina asumió la condición humana; el que estaba en la gloria del Padre sufrió el vilipendio de la cruz, el castigo extremo propio de los esclavos y traidores (Filipenses 2,6-11). Dios había llegado al borde mismo de la existencia humana, compartiéndola y padeciéndola. Hay un morir como acontecimiento que se padece y hay un morir como poder dominador que nos anula. La lengua alemana llama al primero Sterben y al segundo der Tod; en cambio, en español no tenemos dos palabras para diferenciarlos. Dios ha entrado por el desfiladero de la muerte para sufrirla (Sterben) en toda su crudeza amenazadora, pero se ha manifestado superior a ella (Tod). Al asumirla la ha destronado de su imperio universal y ha abierto a los hombres el desfiladero hacia la llanura fecunda de la vida. El nacimiento y la resurrección de Cristo son inseparables y la victoria de la última refluye sobre el primero, convirtiéndolo en el día más glorioso y festivo, porque es el que inicia nuestra liberación.
¿Será posible pensar así de Dios? ¿No estamos anulando las categorías con que el pensamiento humano ha caracterizado a Dios, al describirlo como eterno, impasible, inmortal, trascendente, ajeno a nuestra historia de hombres? Así lo han pensado los filósofos, al identificarlo como Idea, Absoluto, el Uno, el Todo, la Sustancia universal. Los cristianos han partido del Dios personal de la revelación bíblica y lo han comprendido a la luz de la vida, destino y mensaje de Cristo.
Para ellos Dios es el Eterno que por ser tal tiene capacidad de ser hombre y tiene tiempo para nosotros, el Trascendente que por no estar amenazado por ningún otro poder puede ser inmanente a nuestra historia, gozándola y padeciéndola en toda su verdad. Dios es el poder supremo que por tal puede llegar a ser debilidad suprema. Él se nos entrega como poder en debilidad, como omnipotencia suplicante ante el hombre para que le acoja en su tierra, en lugar de presentarse como la omnipotencia imperante o exigente contra él. Eso eran los dioses; nunca el Dios cristiano.
Un estudiante jesuita escribió este dístico que hacía las delicias de Hegel y Hölderlin: «Lo propio del Supremo no es retenerse en lo máximo sino contenerse en lo mínimo». Esa es la humildad metafísica de Dios y ese es el misterio del pesebre en Navidad. El Dios así mínimo, justamente porque es máximo y omnipotente, es el que nos arranca a cantar jubilosos con aquella loca alegría propia de quienes han llegado a la inocencia de la segunda infancia. San Francisco de Asís, Santa Teresa y San Juan de la Cruz nos han dejado las más bellas aleluyas en alborozo puro ante el Dios que viene al hombre para anticiparle la alegría absoluta a la que está destinado.
Pero como todo lo bello y ennoblecedor esto es una oferta a la libertad del hombre: la aceptarán quienes se sepan superiores a su pobreza y se dignifiquen más por lo que pueden recibir de los demás que por lo que puedan hacer por sí mismos. Humildad metafísica que nos eleva a la participación en la majestad de Dios. Ese es el enigma de Belén al que nos conduce la radical exigencia para buscar la verdad y la radical inocencia para encontrarla. Horkheimer hablaba del «anhelo de lo totalmente Otro».
Nuestros poetas han hablado de la sed que nos alumbra para llegar a Belén. «De noche, cuando la sombra/ de todo el mundo se junta/, de noche, cuando el camino/ huele a romero y a juncia/. De noche, iremos de noche/, sin luna iremos sin luna/, que para encontrar la fuente/ solo la sed nos alumbra» (Luis Rosales). En la noche del mundo solo encuentran la fuente quienes tienen sed. El gran escritor Robert Louis Stevenson concluía así su sermón de Navidad en la isla de Samoa (1892): «La cordialidad y la alegría deben preceder a cualquier norma ética: son obligaciones incondicionales».